Ha vuelto a ocurrir. Pero además el problema se agrava porque lleva siete años lastrando el trabajo de las autoescuelas y acumula colapsos de alumnos inasumibles para éstas. La falta de suficientes examinadores de tráfico plantea otro verano difícil a dichos negocios en más de media España. «Concretamente en Cáceres volvemos a sufrir recortes importantes», lamenta Francisco García, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas.

La situación es tan grave que las autoescuelas cacereñas sólo podrán examinar este verano a 5 ó 6 alumnos por cada 20 que se hayan matriculado, «en el mejor de los casos», circunstancia que afecta directamente al mantenimiento de estos negocios. «Precisamente en verano es cuando los jóvenes aprovechan para sacarse el carnet de conducir, y cuando nuestro sector concentra entre el 60% y el 70% de los ingresos de todo el año», explica Francisco García.

Desde 2012, el número de examinadores se ha reducido considerablemente debido a las jubilaciones no cubiertas. Además, en verano se marchan de vacaciones y se crea un «tapón» que ya se arrastra año tras año. «Tengo alumnos que no pudieron examinarse el verano pasado... ¿tampoco lo harán este?», inquiere visiblemente preocupado el presidente. En definitiva, «las autoescuelas de la provincia sufrimos un recorte muy numeroso de los alumnos presentados a examen en las pruebas de circulación y circuito cerrado».

Desde la asociación afirman que el Gobierno «es consciente y pleno conocedor» del deterioro que ha ido sufriendo la plantilla de examinadores que tiene la DGT. Los últimos ministros de Interior, junto con los dos últimos directores generales de Tráfico, «han reconocido la reducción significativa de la plantilla, hasta el punto de que faltan 176 examinadores en el país, sin contar con el personal de oficina, que también tiene deficiencias», detalla el colectivo.

Además, la Administración ha decidido reducir la carga de trabajo del personal examinador, primero a 16 pruebas diarias por cada uno de ellos, más tarde a 13 y finalmente a 12, que es la instrucción actualmente vigente.

«Consecuentemente, si los examinadores se jubilan, causan bajas por diferentes motivos, si no ha habido reposición de estos puestos en años y se les reduce el número de alumnos, es evidente que el servicio de exámenes prestado por la Administración competente es deficiente», subrayan desde la asociación provincial. Desde las autoescuelas comprenden que estos profesionales tengan sus vacaciones, sus derechos y su regulación laboral, «pero no podemos ser las empresas del sector las que carguemos con las consecuencias».

UNA OPCIÓN: PRIVATIZAR / De hecho, en la última asamblea general de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Cáceres se aprobó por unanimidad instar a la Administración, «si no puede, no quiere o no sabe dar este servicio», a permitir un sistema mixto de exámenes de conducción (empresas públicas y privadas) o bien a privatizarlo, como por ejemplo ya existe en Portugal.