Los constructores cacereños, "ya muy castigados por la crisis", ven ahora peligrar aún más su futuro tras conocer la sentencia del Tribunal Supremo por la que se obliga a las empresas constructoras de la provincia a pagar los atrasos por la aplicación del incremento salarial aprobado para el 2009, "una sentencia que acatamos, pero que no compartimos", señaló ayer en rueda de prensa Carlos Izquierdo, presidente de la Federación de la Construcción (Fecons).

Izquierdo argumentó al respecto que el convenio que se firmó para el periodo 2007-2011 contemplaba unas mejoras salariales "acorde con la época de bonanza que entonces vivía el sector, muy distinta a la que vive ahora". Recordó que en el 2007 el sector de la construcción "estaba en plena bonanza", pero el 2008 "ya fue un año malo", el 2009 "fue muy malo", el 2010 "horroroso" y el actual "no se presenta mejor", y el sector "ha tenido que apretarse el cinturón debido a la caída de proyectos, también de obra pública, y la falta de financiación por parte de las entidades bancarias".

Para el presidente de la Fecons "es inadmisible creer que hoy estamos en la misma situación que en el 2007", y por ello, insistió, la patronal acata la sentencia del Supremo, "como no puede ser de otra forma", pero no la comparte, "porque significa darle la puntilla a un sector ya muy castigado".

Y es que según advirtió Izquierdo, es tal la situación en la que se encuentran ya la mayoría de los empresarios de la construcción, que el cumplimiento de esta sentencia "conllevará el cierre de muchas empresas", pues para muchas el coste que supone el pago de atrasos desde el 2009 "es en estos momentos inasumible".

Hay que recordar que el sindicato MCA-UGT cifra en unos 26-27 millones, solo del 2009 (sumando lo del 2010 serían unos 31) lo que las empresas constructoras de la provincial tendrán que pagar a unos 15.000 trabajadores, "pero es que aunque fuera menos, que aún no lo sabemos, sería inasumible por la precaria situación en la que ya se encuentran muchas, con dificultades incluso para pagar cada mes las nóminas a sus trabajadores".

LLAMAMIENTO Ante esta situación, desde la Fecons se pidió "un ejercicio de responsabilidad de todos", porque de lo contrario "no es solo que se vayan a cerrar empresas, es que se van a perder muchos empleos", insistió en advertir el presidente de la patronal. En estos momentos "lo que preocupa es el mantenimiento de los puestos de trabajo, y no existe en ninguna empresa demanda de subida salarial por parte de los trabajadores, porque estos lo que quieren es seguir trabajando", señaló Izquierdo para volver a apelar a la solidaridad, "porque no se puede exigir lo mismo que en el 2007 como si aquí no hubiera pasado nada".

Su petición fue compartida por Abelardo Martín, vicepresidente de la Fecons, quien añadió: "Habrá que preguntarse si queremos salir de la crisis o no, pues si queremos hacerlo hay que tener claro que para eso todos tenemos que arrimar el hombro, porque la situación es realmente difícil".

Martín hizo constar en este punto que en otros países europeos, como Alemania, "los empresarios y los sindicatos se pusieron de acuerdo para aumentar la jornada laboral y bajar los costes salariales y ellos han tenido en el 2010 un crecimiento del 3,6% sobre el PIB, mientras que en España el crecimiento ha sido del -0,1".