El festival de artes visuales Urban Screens se llevó a cabo en la capital cacereña en octubre del 2010. Tuvo que retrasarse un día debido a la lluvia pero fue todo un éxito de público, con cerca de 80.000 visitantes. Era la segunda vez que se celebraba en la ciudad y con él se pretendía ayudar a que Cáceres fuera declarada capital europea de la cultura en 2016, título que finalmente logró San Sebastián.

Los promotores presentaron un proyecto en el ayuntamiento de más de 100.000 euros. La propuesta estaba basada en la utilización de equipos de alta tecnología para proyectar imágenes y juegos de luz y color sobre las fachadas de edificios representativos de la ciudad para llenarla de color. Se hicieron 14 instalaciones: Una discoteca silenciosa en el Quiosco de la Música y un cubo del tiempo en Cánovas. En la fachada del Múltiples se proyectó el logotipo de Cáceres 2016 y la Casa de los Málaga simulaba un lugar encantado. También se iluminaron la iglesia de San Juan (con la técnica vídeo mapping), la concatedral de Santa María (con un vídeo denominado 'Ad infinitud II'), Los Golfines (con tecnología led), San Jorge (se instaló un 'Paint Ball'), la Preciosa Sangre (con la proyección 'Face On'), San Mateo (con la instalación 'Catarsis'), la plaza de La Soledad (instalación 'Muro 1.0') y Las Veletas (se puso un 'chill out').

Convenio firmado

La luz se consiguió pero tras ella llegaron las sombras. El convenio con los promotores para desarrollar el festival lo firmó el Consorcio Cáceres 2016, ya que era una actividad de la capitalidad. Según él el consorcio se comprometía a pagar 60.000 euros. Sin embargo la exalcaldesa Carmen Heras ya conocía que el evento iba a costar más de esa cantidad porque se lo habían comunicado los organizadores. Ellos intentaron buscar patrocinadores para hacer frente al festival pero no lograron financiación, por lo que, tras comentarle lo sucedido a Carmen Heras, esta decidió aportar ese dinero a través del ayuntamiento. En total pagó 81.373 euros que fueron divididos en cuatro facturas diferentes.

Cuando la alcaldesa de Cáceres Elena Nevado llegó al gobierno de la ciudad, en junio del 2011, se encontró con que debía abonar a la empresa que promocionó este festival más de 81.000 euros. Una de las facturas, de 47.782 euros, se abonó con el plan de pago a proveedores en el año 2012. Nevado puso en conocimiento del Ministerio Fiscal lo que había ocurrido con estos recibos para que lo investigara. Tras ello la Fiscalía solicitó que se imputara tanto a la exalcaldesa Carmen Heras como a sus concejales de Turismo e Innovación, Francisco Torres y Víctor Santiago Tabares, por un delito de prevaricación administrativa.

Al año siguiente, ya con Nevado al frente del ayuntamiento, el gobierno local decidió prescindir de la celebración del festival Urban Screens debido a su elevado coste (el presupuesto de la tercera edición ascendía a 200.000 euros). Los promotores aseguraron que tenían patrocinadores para pagar parte de las instalaciones pero que, sin la ayuda del consistorio, no se podía llevar a cabo. Además entonces todavía se adeudaba a los organizadores 70.000 euros del año anterior. El festival Urban Screens nunca volvió a la capital cacereña.