Intertauro, empresa que explotaba los espectáculos taurinos de la plaza de toros, ha demandado por vía judicial el pago de 20.000 euros por mil entradas que entregó al ayuntamiento para atender a sus compromisos y repartirlas entre entidades sociales. Este millar de billetes era para la novillada celebrada el pasado 27 de mayo, en las fiestas y feria de San Fernando. El juzgado de instrucción ya ha comunicado al ayuntamiento la interposición de la demanda.

No es el único proceso judicial con estos protagonistas. La empresa también ha recurrido ante el juzgado de lo Contencioso-Administrativo la desestimación de las alegaciones presentadas por Intertauro contra la decisión del ayuntamiento de resolver el contrato de gestión y explotación de los festejos de la plaza de toros.

El pliego de las condiciones del concurso por el que Intertauro gestionó los espectáculos establecía que la empresa debía entregar gratuitamente al ayuntamiento un mínimo de 125 entradas de sombra para su protocolo (se daban 145). Las mil entradas objeto de la demanda judicial se dieron al margen de las anteriores. Según Intertauro, su entrega fue a petición del consistorio y se tienen que pagar al no entrar en los billetes de protocolo.

Las mil entradas se dieron al ayuntamiento varios días antes de la celebración de la novillada y de la apertura de las taquillas. Lo normal en los años anteriores era proporcionar solo las de protocolo, por lo que las mil citadas son excepcionales. "No se había hecho antes entregar ese volumen de entradas", precisaron fuentes consultadas ayer.

Cuando pasaron los hechos, todavía no se había producido el relevo en el gobierno municipal, las elecciones habían sido el 22 de mayo. Fuentes del anterior ejecutivo municipal explicaron que las mil entradas no hay que pagarlas porque se entregaron al obligarse a la empresa a darlas como compensación porque no organizó ningún festejo en San Jorge, que es una de las tres fechas de la temporada que se establece en el pliego de condiciones que regula el concurso.

"No hicieron espectáculo en San Jorge y para compensar se dieron las entradas para la novillada", precisaron las fuentes citadas, que no detallaron que se hizo luego con las mismas, pero recordaron que lo habitual cuando se daban casos parecidos era "repartirlo entre colectivos sociales, en especial de mayores".

El pliego fija que el número mínimo de festejos en la temporada es de cinco repartidos entre San Jorge (1), las fiestas de San Fernando (3) y San Miguel (1). Este último tampoco se celebró, dado que ya se había iniciado el expediente para resolver el contrato a raíz de que la empresa suspendiese la corrida programada para el 31 de mayo.

Intertauro asegura que el inicio del expediente para la resolución del contrato de gestión provocó que el ayuntamiento se niegue a cumplir con el pago de los 20.000 euros y de otros compromisos que se habían adquirido. Y afirma que las mil entradas eran gratis para los aficionados que se beneficiaron de ellas, pero no para el consistorio, que, según la empresa, las encargó y además se pactó un precio.

PRECIO Según Intertauro, el precio que se acordó por cada entrada fue de 20 euros, que era el coste para tendido de sol con un 10% de descuento. Estas entradas se podían utilizar no solo para sol, sino también para la zona de sombra, pese a que en la taquilla costaban 27 euros. El aforo de la plaza es de 6.420 localidades, de las que 3.268 son de sombra y 3.152 de sol. La entrada en la novillada con picadores del 27 de mayo mayo fue de un tercio de la plaza de toros.

No es la primera vez que la empresa reclama el pago de entradas al ayuntamiento. Hace un año solicitó que se le reconociese una deuda de 5.113 euros de localidades adquiridas por el ayuntamiento en 2006 y la compensación de este débito recortando el canon que la empresa debía pagar al ayuntamiento por la temporada taurina del 2008.

Según explicaron entonces fuentes del gobierno local que estaba en 2006, las entradas se adquirieron para colaborar con la empresa en uno de los espectáculos taurinos, probablemente, indicaron, para que Cayetano Rivera, entonces novillero, viniera a Cáceres. Estas entradas se repartieron entre hogares de mayores de la ciudad.