Pablo cayó enfermo hace unos días. Un cólico biliar le impedía levantarse de la cama, pero debía marcharse esta semana, su paso por el Centro Vida había terminado para que su cama fuera ocupada por otro 'sinhogar'. Pero no se fue. Mamen Sánchez decidió que se quedara.

Ella es la trabajadora social de Cáritas, algo así como la 'salvadora' porque es la que decide quién se queda y cuánto tiempo podrá estar con ellos. Lo hace después de entrevistarse con los usuarios que acuden en busca de alojamiento. "Les pregunto de dónde vienen, a dónde se dirigen, si reciben alguna prestación, problemas de salud o adicciones. Dependiendo de todo eso decidimos cuánto tiempo pueden quedarse". Si hay algo que caracteriza a los sintecho es precisamente eso, el ir de allá para acá, buscando un hogar en el que refugiarse. Muchos se recorren los centros de la región y de España. "Es la primera vez que trabajo con este colectivo --relata Mamen Sánchez-- y te das cuenta de que muchos quieren salir de la calle. He aprendido mucho con ellos, pero sobre todo a valorar la vida".