TLtas murallas de Cáceres son el germen sobre el que se construye la ciudad. Hay que conocerlas y para ello es necesario estudiarlas y luego protegerlas. No solo por la obligación que tenemos con las generaciones futuras, sino porque en una ciudad como Cáceres, en la que las oportunidades de desarrollo escasean, no se puede guardar en el fondo más profundo del armario una de las mejores joyas del patrimonio, si además esa joya puede contribuir a sacarte de la pobreza. Son tantas las oportunidades de generación de dinámica urbana que ofrece la muralla y por tanto de generación de riqueza, que no entiendo como no terminamos de darnos cuenta.

Las murallas poseen una cualidad que las diferencia de otros ejemplos de arquitectura defensiva: su integración en el proceso urbanístico de la ciudad. Desde que en 1196 los almohades construyeron sobre restos de épocas y culturas anteriores, la fortificación ha sufrido demoliciones, adherencias de edificaciones (con valor histórico y también parásitas) y agresiones de todo orden.

La tarea de conservar la muralla no consiste solo (y nada más ni nada menos) en ejecutar obras de restauración o conservación, sino de operaciones "urbanísticas" que sirvan en algunos casos para eliminar adherencias indeseadas y en otros para procurar la correcta lectura de la significación de la muralla, y el proceso de creación de ciudad, mediante el acondicionamiento de espacios colindantes (públicos y privados), que generen en la parte antigua más actividad que la de su mera contemplación, y que posibiliten prolongar la estancia del turista.

Es necesario un Plan que se constituya en la herramienta normativa que regule las intervenciones y sea la base del régimen de protección de este monumento. Cuando en 2009 se intentó que el Ministerio de Cultura, la Junta u organismo equivalente financiara la realización de este plan, sugerí como objetivo principal el dotar al ayuntamiento de un instrumento que le permitiera:

1. Evitar el deterioro y la destrucción de los restos que todavía permanecen. 2. Poner en valor esos restos y los espacios urbanos colindantes. 3. Obtener la propiedad o el acceso a edificaciones y espacios colindantes, cuya existencia hace que estén ocultos restos de importancia. 4. Establecer medidas para que la arquitectura de las edificaciones adosadas a la muralla no entre en confrontación con su adecuada lectura, mediante la aprobación de unas ordenanzas. 5. Elaboración de líneas estratégicas que posibiliten elementos dinamizadores de la oferta que la muralla puede hacer a los cacereños y a los visitantes. 6. Determinar el presupuesto necesario ordenándolo por etapas o fases de actuación.