Su nombre es complicado, ‘Ordenanza Reguladora de la Distribución y Reparto Gratuito de Información, Publicidad y Propaganda con Fines Comerciales’, pero su objetivo es sencillo: impedir el acoso que sufren los turistas que llegan a la ciudad, y también los propios cacereños, por parte de los relaciones públicas que les inunda con flyers y les asaltan para que vayan a un restaurante determinado o realicen una actividad turística concreta.

El Grupo Municipal Ciudadanos instó este jueves a continuar de forma urgente con la tramitación de la ordenanza, cuyo borrador se aprobó por unanimidad el 14 mayo en la Comisión de Desarrollo Urbano, pero quedó en suspenso por el Estado de Alarma. El alcalde, Luis Salaya, recogió la propuesta, que calificó de positiva, y horas después firmó la autorización para la puesta a exposición pública de la ordenanza, que se ha publicado este viernes.

“Viene a regular esto que llamamos el ‘asalto’ al turista o al ciudadano, que no es un término que al ayuntamiento nos guste pero está ocurriendo en la plaza mayor, en San Juan, en Pintores y hay que regularlo…”, ha declarado este viernes el portavoz municipal, Andrés Licerán, al informar del avance de la ordenanza tras la Junta de Gobierno Local. “No se podrán organizar los repartos de publicidad en un entorno superior a 3 metros del propio establecimiento que se publicita, y además los repartidores deberán estar identificados por el propio ayuntamiento para evitar ciertos problemas que todos conocemos”, subraya.

Desde hoy, la ordenanza se mantendrá en periodo de exposición pública durante 20 días para que cualquier ciudadano pueda presentar alegaciones. Si las hubiera, serán estudiadas y en su caso recogidas en la redacción definitiva del texto, que deberá ser aprobado por el pleno municipal como último paso para su entrada en vigor.

La normativa pretende poner fin a la persecución al visitante, pero también a los conflictos que por esta causa se generan entre los negocios de hostelería y de actividades turísticas situados en el entorno de la plaza Mayor, el casco histórico y el casco viejo. Ha llegado a haber enfrentamientos personales, suplantación de identidad para quedarse con las reservas de otros establecimientos, incluso casos que han llegado al juzgado.