La policía asestó ayer un duro golpe a la delincuencia en la ciudad y provincia. La detención de 4 rumanos permitió desarticular una banda organizada que desde hacia meses operaba en Cáceres. Sus miembros se dedicaban al robo en todo tipo de establecimientos, desde bares a tiendas y joyerías. En el registro que con la oportuna orden judicial se realizó ayer en el piso que desde hacia aproximadamente un año ocupaban en la calle Narciso Puig Mejías la policía intervino muy diverso material procedente de sus numerosos robos.

Según pudo saber ayer este diario, estos delicuentes se dedicaban a visitar los bares y demás establecimientos como clientes al objeto de observar las medidas de seguridad de que disponían para después, siempre de madrugada, acudir a los seleccionados para sus robos. En ellos, una vez evitadas las medidas de seguridad previamente estudiadas, actuaban con total impunidad. Este era el procedimiento utilizado por la banda, explicaron las fuentes consultadas.

Pero ayer la policía les sorprendió. Fueron agentes del Grupo Especial de Seguridad (GES) de la Policía Local, que dirige el subinspector Angel Carvajal, los que practicaron las detenciones. Sobre las 04.40 horas, en el bar Casablanca, sito en la calle Salamanca, les sorprendieron in fraganti durante uno de sus robos. Tras su detención fueron trasladado a la Comisaría Nacional de Policía donde se instruyeron las oportunas diligencias y quedaron detenidos a la espera de su puesta a disposición judicial.

Una vez instruidas las diligencias policiales y ante las sospechas de que pudieran ser los autores de los numerosos robos perpetrados en los últimos meses en la ciudad, la policía solicitó al Juzgado de Guardia orden judicial para proceder a la entrada y registro del piso de los detenidos, situado en el primer piso del número 3 de la calle Narciso Puig Mejías. En él intervinieron, entre otro material, gafas, cinturones y bolsos, todos de marcas de lujo; gran cantidad de dinero en metálico; y un percutor y diversas herramientas de las utilizadas para hacer butrones. También, en este caso en el trastero, una caja fuerte "reventada".

GENTE NORMAL Los vecinos de la calle Narciso Puig Mejías se vieron sorprendidos por la intervención policial llevada a cabo en el número 3. Conocían desde hacía casi un año a los cuatro detenidos, así como a otros chicos y chicas, todos rumanos, que frecuentaban el piso, y aunque les parecía rara su forma de vida no sospechaban que fueran miembros de una banda de rateros.

"Habíamos oído decir que se dedicaban a trabajos de reforma y albañilería y por eso nos extrañaba que salieran tanto de noche, pues no es normal que si tienes que madrugar salgas todas las noches y hasta altas horas de la madrugada, pero no le dimos más importancia, pues la verdad es que eran unos chicos muy normales y educados", comentó a este diario un grupo de vecinas del inmueble.

Otros vecinos de la zona reconocía, no obstante, que sí sospechaban algo, "pues no es muy normal que apenas seis meses se cambie tres veces de coche, y ellos llegaron con un Alfa Romeo, después lo cambiaron por un Audi y hacia poco se les veía con un Opel Astra nuevecito". Precisamente que este haya desaparecido y que solo hayan detenido a cuatro les hacía sospechar que otros miembros de la banda puedan haber huido.