El subinspector de la Unidad de Homicidios de Madrid que se desplazó a Cáceres para investigar el doble crimen de Montesol en octubre del 2008 descartó ayer que el chófer del matrimonio hubiera estado en el lugar del crimen. El agente aseguró que, según las comprobaciones realizadas, Rafael Sánchez no acudió el 21 de octubre --día en el que ocurrieron los hechos-- a la vivienda que ocupaba la pareja formada por Juan Antonio Torrecilla y Mercedes García, a pesar de la declaración inculpatoria que Angela Aparecida, asistenta de la familia, realizó a la policía después del hallazgo de los cadáveres.

Del testimonio del policía en la tercera jornada del juicio en la Audiencia Provincial --solo habían declarado hasta ayer 23 testigos de los 53 citados-- puede extraerse como principal conclusión que la asistenta fue la única persona que estuvo en la casa con posterioridad a los crímenes. El agente aseguró que existen "evidencias" de que así fue y afirmó que "es perfectamente posible que Angela matara al matrimonio" tras haber ido a reclamarle una antigua deuda.

Sin embargo, la asistenta declaró en comisaría que sí estaba en la casa pero que, tras saber que llegaba el chófer, bajó al garaje a petición de Torrecilla para que no coincidieran por su mala relación. Después, afirma, escuchó cómo ambos discutían. Cuando Rafael Sánchez se marchó, subió y vio los cadáveres, aunque decidió no llamar a la policía "por miedo" al chófer.

INCONGRUENCIAS Los investigadores señalaron ayer que hubo "incongruencias" en la declaración de Aparecida como que dijera que el chófer fue a buscar las llaves del coche cuando había llegado en él. La asistenta, según dijo a la policía, se había descalzado en el salón cuando fue a ver a la familia. La policía científica halló huellas con pisadas de sangre, correspondientes a un pie pequeño, que se encontraron aplicando reactivos.

En el caso de Rafael Sánchez, los especialistas no hallaron restos de sangre ni en el coche del matrimonio que habitualmente conducía ni en sus ropas. Afirmaron que era "difícil que el agresor o agresores no salieran de la casa manchados porque las muertes fueron muy violentas y con bastante ensañamiento".

Asimismo, los peritos consideran que el hallazgo de los cuerpos 30 horas después del ataque pudo favorecer la destrucción de pruebas. De hecho, no se encontraron las armas utilizadas. La policía se inclina por que estuvieran en el domicilio. Aún no se han hallado ni un bate de béisbol que, según los hijos, estaba en la casa ni la navaja que Juan Antonio Torrecilla solía llevar encima. La policía requisó papeleras y contenedores del entorno sin encontrar nada. Del testimonio de los policías también quedó constancia ayer que existió una relación "afectuosa", que luego se rompió, entre el chófer y la asistenta por los mensajes localizados en los móviles.