Una gran franja de tierra removida que divide en dos la Sierrilla. Ese es el trazado de la ronda norte, que desde finales del pasado año está en ejecución. Residentes del sector residencial R-66 presentaron ayer en el registro del ayuntamiento, hoy lo harán en el de la Consejería de Obras Públicas, un escrito en el que denuncian que las obras se realizan sin tomar medidas para mantener la limpieza viaria y no dañar el pavimento de las calles del polígono.

ALEGACIONES Y ALTERNATIVAS

En el escrito se denuncia que se está amontonando tierra a los lados del trazado, que está sin fijar y que no se lleva a sitios adecuados, y que "con cualquier corriente de aire" se esparce por todo el barrio, además "los camiones cisternas no acompañan a los de carga", vehículos que están dañando calzadas y el pavimento.

No es la primera vez que este colectivo se queja por la ronda, que linda con las viviendas de este sector. En 1996 se presentaron alegaciones a la aprobación inicial del plan de urbanismo en las que se solicitaba la eliminación del tramo de la ronda que une la carretera del Casar con la rotonda de la Sierrilla por su impacto medioambiental, propuesta que no se aceptó. Tampoco se tomó en consideración la solicitud presentada por las asociaciones vecinales del R-66 en julio del 2000 con dos alternativas de trazado diferentes al recogido en el plan de urbanismo, que es el que se está ejecutando. El trayecto de la ronda norte, que tiene una longitud de seis kilómetros, se realiza en dos tramos y el periodo de ejecución es de dieciocho meses.