Los vecinos de La Madrila rechazaron ayer la propuesta realizada el pasado jueves por el concejal de Juventud, Francisco Javier Castellano, de negociar con la Junta de Extremadura una ampliación de los horarios de cierre de los locales de copas de la capital cacereña. La respuesta de la junta directiva de la asociación vecinal fue muy crítica hacia las "desafortunadas declaraciones" del edil y, por ende, al gobierno municipal: "Alguien tendrá que explicar si son el sentir del alcalde y su equipo, o lo hizo a nivel personal", se preguntaron.

El anuncio de Castellano de querer adaptar los horarios a la realidad de la ciudad, como expresó el jueves, fue contestado con contundencia por los vecinos, que afirmaron que "el debate que retomar es el de las promesas de los supuestos centros de ocio, tantas veces prometidos y que, en definitiva, es lo que hace tantos años los colectivos vecinales, junto con los jóvenes, venimos exigiendo para que no entre en conflicto el descanso con el ocio".

La asociación de La Madrila aludió también a la responsabilidad de la Junta de Extremadura en este asunto. Afirmaron que la situación actual se produce "por no corregir lo que la consejera de Presidencia, autora de la orden de 16 de septiembre de 1996, admitió como fraude de ley, por la que algunos bares, camuflándose con su licencia tipo C, es decir, licencia para cafeterías y restaurantes, reabran cuatro horas después del horario establecido para su cierre".

BARRIO CASTIGADO Los vecinos reiteraron que "no discuten que estos industriales tengan que tener más o menos horas abiertas sus establecimientos y que la gente quiera estar toda la noche con un vaso en la mano de bar en bar", sino que ahora se plantee la ampliación de horarios "aún a costa de los sufridores vecinos de esta barriada tan castigada por los agresiones acústicas y que su único delito es que nunca tuvieron ni van a tener gobierno".