Uno de los locales de la Madrila que fue cerrados por problemas en el edificio, Velvet, ya tiene permiso municipal para abrir después de casi un año sin actividad. El ayuntamiento confirma a este diario que la retirada del precinto se firmó y se notificó ayer tras once meses. Juan Miguel Olmeda, el dueño del establecimiento anota que tras la decisión del consistorio de volver a permitir la apertura trabajarán a contrarreloj para reabrir a finales de agosto. El empresario aplaude la medida aunque lamenta los retrasos. «Ya era hora, nos dijeron que eran dos o tres meses y al final va a llegar al año». «Dicen los arquitectos que ahora es el edificio más seguro de todo Cáceres», sostiene. En ese sentido, denuncia las pérdidas en este año y aboga por abrir cuanto antes para recuperar las relaciones con los proveedores y los clientes. «Son muchos gastos, ahora tendremos que recuperar las facturas». Estima que solo en el mantenimiento de luz ha consumido 3.200 euros y calcula una pérdida de 750.000 euros en la facturación.

Como Velvet, el ayuntamiento clausuró otros dos bares, Deja Vú e Ivanhoe 3.0 aunque este último reabrió a semanas después tras enviar al consistorio un informe técnico en el que alegaba que su local no se encontraba sobre el sótano del edificio y por tanto no se encontraba afectado por los problemas estructurales.

Cabe recordar que la decisión de precintar siete portales del número 1 de la plaza de Albatros se produjo a final de agosto del año pasado --tres de los locales pertenecen a bares de copas y el resto están vacíos o sirven como almacén para los propios vecinos del edificio--. La medida se fundamentó en un informe que elaboraron los técnicos del ayuntamiento tras realizar una inspección en el sótano a raíz de una petición de una obra menor en el inmueble. Los técnicos alegaron deficiencias el forjado del sótano sobre el que se asentaban los locales por la falta de mantenimiento, la ausencia de ventilación suficiente y por la humedad existente a causa de las filtraciones de agua y el gobierno local justificó la decisión por «seguridad» y «por tratarse de un lugar de concurrencia pública».

En un principio las obras tenían previsto prolongarse durante dos meses pero la demora en los permisos y la instalación de un sistema de ventilación retrasaron el arranque de las tareas. Fue en enero cuando Urbanismo recibió el proyecto de obra y tramitó el inicio aunque no ha sido hasta hace semanas cuando finalmente se han concluido las tareas para garantizar la seguridad del inmueble.