Cerrojazo en banda. A quienes dudaran de que el Partido Socialista estaba a favor de una mina a cielo abierto en la Sierra de la Montaña se le despejaron las dudas. Prometía la noticia cuando el pasado jueves, en pleno mes de agosto y de habitual sequía informativa, la compañía Infinity Lithium Corporation Limited sorprendía dando a conocer los resultados de un estudio de prefactibilidad que había encargado a una firma independiente y que justificaba las bondades de su proyecto.

La cadena de reacciones políticas, lógicamente, no se hizo esperar y pareció por un momento que el inicio del curso político se había adelantado de un plumazo. El alcalde, Luis Salaya, fue el primero en hablar. Era normal que ante un asunto de interés de primer orden para la ciudad, el mandatario municipal saliera ante la opinión pública. Lo hizo para decir un «No a la mina», así de contundente y de rotundo, con las cuatro palabras de una frase que en cascada repitieron en las redes sociales los principales miembros de su equipo de gobierno: los concejales Andrés Licerán, Jorge Villar, David Holguín, María José Pulido, José Ramón Bello o Paula Rodríguez compartían la noticia que recogía este diario con las primeras declaraciones del regidor.

Salaya zanjaba de esta manera cualquier atisbo de esperanza para la construcción de la explotación en el paraje de Valdeflores. El responsable municipal quiso dejar patente que su posición ante la extracción de litio sigue siendo exactamente la misma que en la legislatura anterior, cuando estaba en la oposición. Aunque el alcalde recordó que la empresa ha presentado modificaciones al proyecto inicial, «no nos hacen replantearnos nuestra postura ni un ápice porque no hay cambios sustanciales. Por lo que seguimos diciendo no a la mina, como ya dejó patente el año pasado nuestro ayuntamiento», sentenció.

El regidor cacereño cerraba así la puerta a esta iniciativa empresarial recordando que «es prioritaria la protección de la Sierra de la Mosca y es en eso en lo que estamos trabajando actualmente y no en otras cosas que van por el camino contrario a lo que buscamos. Y desde luego este proyecto -reiteró- es nocivo por el sitio donde se quiere ejecutar».

«Nuestra mina es el turismo», dijo Salaya, que insistió en que es en ese sector «en el que estamos volcados y aunque necesitamos otras actividades económicas para la ciudad, estas tienen que ser compatibles tanto con la actividad turística como con la protección del medio ambiente».

Esta era la segunda ocasión que este verano el alcalde hablaba de Valdeflores. Ya lo hizo el pasado 2 de julio, cuando confirmó que en el mes de junio había mantenido una reunión con la empresa promotora, a la que mostró la negativa a la culminación de sus propósitos. Ese 2 de julio, y tras una cita con la Agrupación de Vecinos de Cáceres, Salaya, en una comparecencia ante los medios, reiteró que responsables de la filial «se pusieron en contacto con nosotros y el ayuntamiento les trasladó la misma postura de oposición que hemos mantenido siempre». En ese momento, el alcalde volvió a recordar que, estando en la oposición, ya votó en contra de modificar el Plan General Municipal (PGM) para permitir el uso extractivo en el paraje de la Sierra de la Mosca.

BOLSA AUSTRALIANA / Este miércoles, Infinity ha hablado de que la previsión inicial de facturación de su plan industrial minero a lo largo de su vida útil alcanzaría los 5.400 millones de euros. En un comunicado añadía que la finalización de ese estudio de prefactibilidad había sido anunciado en la bolsa australiana (ASX) y que este paso demostraba el «potencial de un proyecto integrado de desarrollo de productos químicos de litio ubicado estratégicamente en Extremadura».

El estudio de alcance arrojó una vida útil de producción de la mina de 24 años. Contempla seis años adicionales por un total de 30. Añadía que cuando la extracción y la planta de litio estén a pleno rendimiento, se dará empleo en Cáceres a un mínimo de 195 trabajadores, «para los que se estima un salario medio anual de 48.000 euros, muy superior a la media de Extremadura».

La compañía, que es australiana y que junto a la española Sacyr están detrás de este negocio, sostenía en su comunicado que con Valdeflores «se generarán mayores ingresos fiscales y una mayor actividad económica y se amplía el nivel de atracción para potenciales compradores, industrias relacionadas y dependientes, así como para la propia Unión Europea, que dado su carácter estratégico, busca potenciar toda la cadena de valor de la producción de baterías dentro de las fronteras comunitarias».

Con estos datos, llegó a pronunciarse incluso el director general de la compañía, Ryan Parkin, que afirmó: «El estudio ha confirmado a San José Valdeflórez como un proyecto de larga duración y bajo costo que es esencial para cumplir con el objetivo de la Comisión Europea de asegurar químicos de litio críticos que son imprescindibles para la supervivencia económica de su industria automotriz».

En su opinión, y con los resultados obtenidos de este estudio, «San José de Valdeflores conserva características únicas de sostenibilidad, que complementan aún más los requisitos de cumplimiento de emisiones de carbono de Europa, a través de la implementación de un diagrama de flujo de proceso ambientalmente ventajoso y un perfil de emisiones de carbono superior para los mercados finales europeos».

E insistía en algo relevante: «A partir de ahora, la empresa enfocará sus retos en los aspectos clave de la adquisición, la financiación y los permisos, dentro y alrededor de un estudio de viabilidad definitiva».

El comunicado de la firma definía su aspiración como de un «valor significativo» y apuntaba que, «junto con el apoyo potencial de las principales instituciones europeas como el Banco Europeo de Inversiones, proporciona confianza para el desarrollo del proyecto de productos químicos de litio representativo en Europa».

LA OPOSICIÓN HABLA / Salaya no fue el único en opinar. El portavoz del PP, Rafael Mateos, lo hizo vía comunicado para pedir públicamente al PSOE de Cáceres y al de Extremadura que no permitan que en la ciudad se instale una mina de litio. Mateos afirmó que el PP mantiene la postura de no apoyar la instalación «por estar excesivamente cerca de la ciudad y porque va en contra del desarrollo y del futuro de Cáceres».

El portavoz recordó al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y al propio Salaya, que esta industria «no se para a golpe de titulares como han hecho hasta ahora ambos mandatarios, sino tomando decisiones que permitan llevar a cabo medidas para que la mina de litio no se instale en nuestra ciudad».

Para los populares «es incomprensible que se esté engañando a los cacereños con esta instalación» y exigen a la Junta de Extremadura «que no se invente dentro de unos meses ninguna treta, como ya ha pasado con otros asuntos, porque la mayoría de los cacereños ya han dejado claro que nuestra ciudad no quiere mina».

Mateos anunció que el PP tanto a nivel local, provincial como regional tomará todas las medidas necesarias para que Salaya y Vara «no jueguen con el futuro de nuestra ciudad», aunque no especificó cuáles.

Consuelo López, la portavoz de Podemos, mostró por su parte el ‘no’ a la mina como ha mantenido desde el principio. Teófilo Amores, líder de Vox, señaló que su postura es contraria a la filial, «a menos que se crearan una cantidad importante de puestos de trabajo garantizados durante un periodo de, como mínimo, 30 años». Como la empresa situó el número de empleos en 195, Amores habló de que es una cantidad exigua y que, por lo tanto, sigue estando frente a la iniciativa.

Finalmente, Francisco Alcántara, responsable de Ciudadanos, comentó que la semana que viene convocará una rueda de prensa para hablar de su postura en diversos aspectos de actualidad municipal, entre ellos la mina, aunque insistió en que «no queremos que sea el objeto exclusivo en el que se focalice la atención hacia nosotros».

La pregunta es: ¿podrán los partidos políticos frenar esta decisión empresarial si, como dice la compañía, el litio es un mineral estratégico para el desarrollo económico de la Unión Europea? Solo el tiempo lo dirá.