La Audiencia Provincial de Cáceres juzgó ayer a ocho personas acusadas de traficar con cocaína, hachís, MDMA (metanfetaminas) y derivados del cannabis en la capital cacereña y en Navas del Madroño. Cinco de ellos llegaron a un acuerdo con la Fiscalía y han sido condenados a penas que van desde un año hasta los tres años de prisón. El Ministerio Fiscal solictaba en un principio que fueran condenados a seis años de cárcel.

Los otros tres acusados, hermanos entre sí, no aceptaron el acuerdo del fiscal. Uno de ellos confesó que solo una vez transportó droga en el vehículo de su hermano. Fue un encargo que realizó para personas de las que desconoce su identidad.

Según explicó en el juicio fue a recoger la droga a Madrid (le esperó un vehículo en mitad de la autovía) con el compromiso de traerla hasta Cáceres. Sin embargo, en mitad del trayecto, fue detenido por la Guardia Civil. En las proximidades a Navas del Madroño, según indica el fiscal en su escrito de acusación y ha reconocido el propio acusado, una pareja de agentes se encontraba regulando el tráfico. El acusado, al percatarse de esto, arrojó por la ventana 190 gramos de cocaína en una bolsa, pero los guardias la recuperaron y le detuvieron.

En ese momento se le incautó el teléfono móvil, que después le fue intervenido por orden judicial, lo que dio como resultado el hallazgo de las relaciones que mantenía con el resto de los acusados. Él aseguró ayer que sus hermanos, también investigados, desconocían que él había realizado este encargo y que los ha tenido engañados durante mucho tiempo. Él alega que la droga incautada en su casa (seis cápsulas de MDMA) era para consumo propio. La Fiscalía, por contra, no lo considera así.

LAS PENAS SOLICITADAS / El Ministerio Público solicita para el hermano que ha confesado los hechos seis años de prisión, para el dueño del vehículo donde se transportó la droga, nueve años de cárcel por tráfico y blanqueo de capitales y para la otra hermana tres años por blanqueo (cree que los dos movían el dinero procedente de la venta de drogas).

Esta operación se denominó ‘Ventero’ y los detenidos tenían entre 20 y 30 años.