Los tunos han llenado este fin de semana Cáceres y han puesto la nota de música por las calles de la ciudad. Ayer desde el mediodía por el centro sonaron ‘María la portuguesa’, ‘Tres veces guapa’ o la más típica, ‘Clavelito’, al ritmo de la pandereta, la guitarra y la bandurria. Más de uno de atrevió a bailar. Fue una de las actividades que había programado la Tuna de Magisterio de Cáceres con motivo de la celebración de la 34 edición del certamen nacional de estas agrupaciones y que la capital cacereña ya ha acogido en tres ocasiones. El evento congrega a más de 200 tunos procedentes de las ciudades de Ávila, Segovia, Burgos, Castellón, Murcia, Málaga, Sevilla y Santander.

La primera actividad del certamen se realizó el viernes por la noche, cuando se llevó a cabo un concurso ronda/serenata en las escalinatas de la plaza de San Jorge, donde cantaron todas las tunas. Ayer a mediodía se organizó un pasacalles desde Fuente Luminosa hasta la plaza Mayor. Fue todo un éxito, aunque tardaron en llegar al destino porque en cada rincón se paraban para amenizar con su música a los asistentes, que respondían con bailes y al son de la palmas.

Ya por la tarde tuvo lugar el colofón de la cita con la celebración del certamen de tunas en el Gran Teatro. Fue una gala benéfica en la que se colocaron huchas para recaudar fondos para la Asociación Española Contra el Cáncer

La cita se lleva a cabo justo después de que la Tuna de Magisterio de Cáceres saliera en todos los medios de comunicación por su asistencia a la boda de Rafael Nadal, donde animaron la fiesta. «Hacemos muchas bodas a lo largo del año y queríamos que la de Rafa Nadal fuera una de esas de las que marcan», explica Menchu, uno de los miembros de la misma y que voló hasta Mallorca, donde se celebró el enlace.

Llevaban tiempo planeándolo. De hecho, antes de acudir le enviaron un video a la wedding planner para solicitar permiso para entrar en el recinto. Fue un trabajo creado por ellos en el que se podía ver cómo el tenista escribe un tuit donde decía: «quiero que mi boda la amenice la mejor tuna de España». Entonces ellos, al enterarse, deciden acudir. Les contestó la wedding planner diciéndoles que asistieran y, para agradecérselo, ellos le regalaron una beca con su nombre.

No pudieron ver a los novios porque se encontraban en el interior del lugar donde se celebró la boda, pero sí a la mayoría de los invitados. «Estuvimos amenizando la entrada a la boda. Es un recuerdo de esos buenos, de los que quedan», explica.