TStin haber digerido las uvas de nochevieja nos encontramos con subidas en el gas, electricidad, transportes, hipotecas..., y nuestro gobierno local nos obsequia con las subidas en impuestos y tasas municipales aprobadas el pasado año con los trece votos del Partido Popular. La demagogia de no revisar periódicamente los tributos hace que debamos afrontar de una vez la subida de los cuatro años anteriores, si bien es verdad que el aumento propuesto por el anterior concejal de Hacienda era tan brutal que el propio grupo popular optó por periodificarlo.

Otra subida aprobada con los votos del PP es la del billete del autobús urbano, esta vez aplazada por la comisión regional de precios, alegando que la petición por parte del ayuntamiento se ha hecho fuera de plazo, pero la subida pende sobre nuestras cabezas. Izquierda Unida ha presentado propuestas para mejorar el servicio y para bajar el precio, apostando por el medio ambiente y por la calidad de vida de los ciudadanos, y a éstos corresponde batallar ahora por conseguirlo (protestas, recogida de firmas...).

El gobierno municipal se ha quedado sin batería, ha sido incapaz de aprobar en plazo el pliego de condiciones para el concurso de la recogida de basura y limpieza viaria, un contrato que ha estado en vigor nada menos que quince años. Hoy el servicio se está prestando por Conyser, mediante una prórroga que los informes jurídicos del ayuntamiento consideran ilegal. IU no permitirá que el servicio de recogida deje de prestarse ni un solo día, el ayuntamiento puede y debe hacerse cargo del servicio, como llegó a manifestar en su momento el propio gobierno local.

Para nosotros es fundamental que los servicios no se privaticen, porque con ello pagamos los gastos de explotación más los beneficios de las empresas adjudicatarias, amen de ser una declaración de incompetencia de los gestores públicos. Empresas municipales con medios y dirección competentes y dotadas de autoridad necesaria pueden hacer estas tareas a plena satisfacción.

De los presupuestos mejor ni hablar, aún no presentados en pleno, sin tiempo para ser analizados por la oposición y los ciudadanos y con una gestión recaudatoria deficiente, teniendo que hacer frente en éste y en próximos años a millones de euros gastados por algunas concejalías fuera de presupuestos. Nos gastaremos el dinero en atender gastos corrientes y en pagar deudas, con una mínima inversión, y eso que aún se cuenta con ayuda de Bruselas.

Otro asunto estrella es el mal llamado plan general municipal, los ciudadanos hemos pagado 1.790.000 euros para recalificar terrenos sin ton ni son, o mejor dicho al son que tocan especuladores y oportunistas. El plan no debería haber pasado del pleno extraordinario de noviembre, el PP ha sido incapaz de defenderlo porque ni ellos mismos se lo creen. Contó también con el voto favorable del concejal no adscrito después de criticarlo duramente en su intervención, y, mira por donde, con la abstención del grupo socialista, por responsabilidad según dijeron; ¿responsabilidad, ante quiénes?, no será ante los ciudadanos.

El plan ha recibido críticas por todos los sectores de la ciudad, desde los constructores hasta los colegios de arquitectos y aparejadores, pasando por plataformas ciudadanas, asociaciones y ecologistas; y sin embargo en su aprobación inicial sólo tuvo en contra el voto de IU.

Para terminar, nos amenazan con la ley de Grandes Ciudades, estúpido juego de palabras tras el que se esconde la intención del alcalde de recuperar poder a costa del pleno, esquilmando, aunque no lo digan, las mermadas arcas municipales.