Cuando pensamos en cómo agradecer el inestimable trabajo realizado por el doctor D. Marcos Vega Roucher, a mi familia y a mí no se nos ocurrió mejor forma que dar a conocer su esfuerzo y dedicación a través de esta columna.

Desde el primer minuto en el que se hizo cargo de los cuidados paliativos de mi madre en la Clínica San Francisco, pudimos observar su profesionalidad y, sobre todo, su humanidad, cuestiones estas difíciles de mostrar en ocasiones, sobre todo, en una situación tan dura como la actual, debido a la situación pandémica que nos asola. Sin dejar de lado su relación laboral médico-paciente, pronto pasó a convertirse en un acompañante más de nuestra dura situación familiar, mostrando en todo momento su empatía y comprensión ante la situación vivida, dedicándonos siempre sinceras palabras de ánimo y esperanza. Ha destacado por ser un gran referente profesional pero, aún más si cabe, por ser una gran persona, eliminando cualquier barrera laboral y acercándose al paciente como alguien más de nuestro entorno más cercano. A través de estas líneas nos gustaría resaltar la calidad humana demostrada por este extraordinario profesional de la salud, el Dr. Marcos Vega, su trato afable, atento, familiar y próximo en esos momentos tan difíciles. Reiteramos nuestro más profundo agradecimiento y reconocimiento hacia él, así como a su equipo y a todo el personal de la Clínica Cacereña San Francisco.