El pasado miércoles 26 de septiembre recibí una llamada telefónica del colegio donde mi hijo cursa 6º de Primaria. Había sufrido un percance que le produjo una lesión en un brazo, aunque nada grave al fin y al cabo. Acudimos al Servicio de Urgencias del Hospital Tierra de Barros de Almendralejo. Quiero agradecer el trato que dispensaron a mi hijo, de todo corazón, al personal sanitario y no sanitario que nos atendió. Desde la administrativo que nos recibió en el mostrador hasta el celador que nos acompañó a la salida. Gracias por su atención, amabilidad y profesionalidad, a todos en general y a la Dra. Silvia Martínez Megías en particular. Su permanente sonrisa, jovialidad y buen hacer tranquilizaron a mi hijo y a mí mismo. Estoy encantado de que con parte de mis impuestos se financie la sanidad pública donde prestan sus servicios estos profesionales. No siempre en las mejores condiciones y muchas veces no valorados en su justa medida. Esta carta también quiere clamar en favor de una sanidad pública de calidad. Un tesoro que podemos perder si no luchamos por él, ante la ineficacia de los políticos de turno.