Democracia es votar en libertad y aceptar los resultados electorales elegidos por la mayoría del pueblo que acude a las urnas. Con esto quiero decir que si yo he votado A, pero la mayoría ha votado B, tengo que aceptar este resultado de las elecciones, aunque no me guste.

Las últimas elecciones generales que se celebraron el pasado abril las ganó el PSOE, por lo que tiene la obligación de formar un nuevo Gobierno. Por el bien del pueblo y por respeto a la democracia, todos los demás partidos tendrían que votar en blanco, en el supuesto de que los programas electorales fueran totalmente opuestos, o votar a favor si hay puntos de encuentro, pero nunca votar no porque es ir en contra del respeto democrático y de la voluntad popular, dificultando la creación de un nuevo Ejecutivo.