El consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha anunciado esta mañana que 43 de las 324 residencias de mayores que tiene Extremadura tiene algún residente positivo en coronavirus, lo que se traduce en un 13,3% del total. Asimismo, en 19 de estos centros se ha registrado algún fallecido desde el inicio de la pandemia, esto es, en un 5,8% del global. El plan de contingencia y actuación en los centros residenciales de mayores de Extremadura, en el marco de la crisis sanitaria por el covid-19, tiene objetivo doble: evitar los contagios y proporcionar una atención eficaz y adecuada a los residentes.

Vergeles ha indicado que la primera labor de esta plan es seguir fomentando y formando sobre las actividades preventivas a los profesionales que atienden las residencias. Además, hay que dotarles de los equipos de protección individual adecuada, por ello, ha indicado que el 15% del material sanitario recibido en la región se destina a estos profesionales. En esta línea, se deben de incrementar las actividades, higiene y control de síntomas para hacer una detección precoz. “Hemos pedido a todas las residencias que puedan que reserven un 10% de las plazas donde no haya positivos”, ha puntualizado.

Vergeles ha destacado que este plan también permite analizar la capacidad de aislamiento de los centros y de hacer un listado de los recursos alternativos a estos, por si en alguno no se pudiera realizar el aislamiento adecuado. “De forma prioritaria, destinaríamos esos recursos adicionales a los residentes que fuesen negativos en las pruebas de coronavirus o que estuviesen con ausencia de síntomas. Nuestro objetivo es que para evitar la transmisión comunitaria, mientras menos desplazamientos tengan los pacientes positivos en coronavirus o con síntomas compatibles, mejor para toda la sociedad y para ellos “, ha subrayado.

Por otra parte, se ha incrementado la capacidad de habitaciones de las residencias utilizando zonas comunes. Además, en todos los centros se priorizarán las tareas asistenciales, por lo que se suspenderán aquellas que no sean básicas para la atención del residente. De esta forma, Vergeles ha señalado que se cancelarán las licencias y vacaciones del personal “para incrementar la máxima disponibilidad de los profesionales que en estos momentos están trabajando en los centros residenciales”.

En los centros que cuenten con residentes positivos o con síntomas, se favorecerá el aislamiento en la propia residencia y, si fuese necesario evacuar la totalidad de la residencia o solo una parte, se evacuaría de forma prioritaria a los residentes que hayan dado negativo o que no presenten síntomas. Los trabajadores se configurarán en cada residencia por equipos de trabajo que atenderán “siempre el mismo equipo a los positivos y siempre el mismo equipo a los negativos”. El objetivo de esta medida es que los profesionales “no sean vectores de infección en las residencias y para evitar esa contaminación cruzada que se puede producir”.

En otro orden de cosas, el consejero ha informado de que se incrementan las ratios de personal por parte del Sepad, quedando siempre una enfermera por turno de forma específica para los pacientes positivos. Además, se incrementará el número de técnicos de cuidados auxiliares de enfermería, en un técnico cada cuatro camas. En esta línea, también se va a reforzar la dirección del centro para que puedan tener criterios a la hora de tomar decisiones “de una forma más adecuada”.

Por último, el consejero ha manifestado que “tendremos que intervenir cuando el personal de la residencia no haya sido suficiente para prestar la atención sanitaria que requieren los residentes”. Vergeles ha señalado que así se ha tenido que hacer con la residencia de Arroyo de la luz, al tiempo que ha anunciado que también se tendrá que proceder a la evacuación parcial de las residencias de Valencia de Alcántara. “Hemos tenido que intervenir con asesoramiento sanitario en Ciudad Jardín, de Plasencia”, ha apuntado el consejero, quien ha avanzado a su vez que a partir del día de hoy se intervendrá sanitariamente la de Garrovillas de Alconétar.

“Intervenir sanitariamente las residencias supone convertirlas prácticamente en centros sanitarios, que dejan de ser centros sociales donde se prestan cuidados de atención a los residentes por su situación de dependencia y pasan a convertirse en centros donde prima más la atención sanitaria que el cuidado de la población”, ha explicado.