La fase 1 de desescalada que arranca hoy en la región implica, en el caso de la hostelería, que pueden reanudar la atención presencial a clientes, pero solo en las terrazas, distanciando las mesas dos metros, con grupos de hasta 10 personas y limitando un 50% el aforo en estos espacios, es decir, con la mitad de las mesas que tuvieran en sus terrazas antes de la crisis sanitaria. Los ayuntamientos podrán ampliar el espacio de terrazas para dar más recursos a los hosteleros, pero la decisión depende de la voluntad de cada consistorio y de que haya sitio para hacerlo. Los hosteleros ya lo han solicitado en las principales ciudades, pero de momento no hay medidas concretas en pie. Y así, a la mayor parte de los negocios no les salen las cuentas.

«La mayoría no quiere abrir porque no puede abrir así. Los gastos que le causa levantar la persiana no los va a cubrir solo con la mitad de las mesas de la terraza», sostiene Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Empresarios de Servicios Turísticos de Extremadura (Setex). Él está entre los que defiende ese ‘no’ a la apertura en las condiciones de esta fase y mantendrá el cierre en sus locales al menos hasta finales de mayo o principios de junio, cuando se avance a las fases siguientes de la desescalada y haya menos restricciones en la atención al cliente. «En cuanto abras tienes que asumir ya una serie de gastos entre alquiler, cuotas, suministros. Hay que poder ganar al menos para hacer frente a eso», apunta. Y aún así, asume que una parte importante del sector no podrá resistir el cierre y la caída del consumo y acabarán echando el cierre antes de fin de año.

Extremadura cuenta con 6.732 establecimientos de hostelería entre bares, restaurantes, cafeterías o pubs y alrededor de 23.000 trabajadores. La mayor parte son negocios en manos de autónomos con uno o dos empleados. Algunos estudios apuntan a que entre el 40% y el 50% de los negocios no podrá resistir, lo que supondría en Extremadura perder en torno a 3.000 establecimientos. La asociaciones extremeñas comparten esos datos, ven un futuro poco halagüeño y lamentan la precipitación en las medidas. «¿En qué horario abro y para quién si la gente no puede salir más que en unas franjas limitadas?», pregunta César Martín Clemente, al frente de Aecahtur, una de las dos organizaciones de hosteleros que hay en la ciudad. Es una de las dudas que asaltan al sector y la respuesta gubernamental no ha sido clara en los últimos días.

HORARIOS / La orden ministerial que se publicó este fin de semana con los cambios para aquellas regiones que entran en la fase 1, como Extremadura, permite una flexibilización en los horarios. Pero las medidas concretas no estarán previsiblemente hasta hoy.

La cuestión es, precisamente, que en el sector entienden que ni se dan las condiciones para volver a la actividad, ni el planteamiento para hacerlo permite sacar adelante sus negocios. Para colmo, la previsión meteorológica para esta semana pronostica lluvias, lo cual tampoco ayuda. «Nosotros estamos preparando todo, pero no sabemos si el tiempo nos permitirá abrir», señalaba a finales de semana Juanma Rodríguez, del restaurante Temis de Cáceres. En el caso de los que además están en zonas turísticas se une a todo esto las restricciones de movimientos que se mantienen aún, que impiden los desplazamientos entre provincias y reducen al mínimo la llegada de visitantes. Y junto a todo ello, el miedo al contagio.

«Ahora no vas a abrir en las mejores condiciones porque la gente tiene miedo y nosotros también. Yo no me puedo arriesgar a que un trabajador se contagie y tenga que cerrar de nuevo. Abrir en la tercera fase es un ejercicio de responsabilidad», asume Francis Refolio, portavoz de una nueva plataforma de hosteleros en Cáceres que agrupa ya a unos 200 empresarios del sector. En la última semana de actividad, antes de que se decretara el estado de alarma, la caída de ingresos en sus negocios fue del 90%.

La decisión de no abrir en esta fase o, como mínimo esta semana, es mayoritaria en Cáceres y Badajoz, aunque algunos estudian hacerlo, Otros, únicamente para la venta de comida a domicilio.

MUCHAS DUDAS

«Algunos se están planteando volver a partir del 18 de mayo, si la situación está más clara ya y si hay alguna respuesta por parte del ayuntamiento sobre la posibilidad de ampliar los espacios de terraza», dice Laura García, portavoz de la plataforma de hosteleros de Badajoz que aglutina a más de 380 empresarios y el 50% de los locales de la ciudad. El 95% se decanta por mantener el cierre esta semana, según apunta.

Precisamente el Ayuntamiento de Badajoz se pronunció ayer sobre esa cuestión y criticó que la ampliación de espacios de terraza, condicionada a la ampliación de espacios peatonales y manteniendo el 50% de aforo que recoje el BOE no ayuda a aliviar los problemas del sector. En la última semana había solicitado al Gobierno herramientas para dar una respuesta ágil.

En las dos ciudades se decantan por prolongar el cierre hasta que se puede atender a clientes también dentro del local porque la cuota de mercado que abarcan únicamente con la terraza al 50% es pírrica.

Pero esa medida no se prevé al menos hasta la fase 2, que se iniciaría como muy pronto en dos semanas, según la planificación que dio inicialmente el Gobierno. Aun así, muchos prefieren esperar a la fase 3, que eliminaría además restricciones de aforo. Pero eso no arrancará al menos hasta el mes de junio. «Somos los primeros interesados en funcionar. Pero así no es posible hacerlo», subraya Refolio.

En Plasencia, sin embargo, muchos se decantan por retomar la actividad. Asumen que al principio lo que contarán serán pérdidas, pero prefieren ir activando sus negocios y trabajando en la recuperación a prolongar el cierre.

NACHO TELLO El Rincón de Europa (Cáceres)

«No puedo permitirme abrir solo con tres mesas»

«Con la limitación de la terraza al 50%, si abro local solo puedo tener tres mesas. No puedo permitirme eso, así no es rentable», dice Nacho Tello, que comparte con su hermano la gestión de El Rincón de Europa, un bar de barrio en la calle Argentina que lleva 21 años en marcha. De momento han puesto en marcha el servicio de comidas a domicilio y con eso pretenden mantener un mínimo de actividad en el local «para salvar la situación». Al menos hasta que mejoren las condiciones para atender a los clientes. Ahora llegan a las siete de la mañana la local, preparan las comidas, al final de la mañana reparten los pedidos y bajan de nuevo la persiana.

«Llegamos a barajar la posibilidad de atender a los clientes con cita previa. Pero es que no era viable, porque en cuanto abramos, ya tenemos que estar trabajando los dos. Ahora solo estamos uno», dice.

Y no solo eso. Abrir la terraza, supone además poner en marcha cámaras de frío y asumir una serie de gastos que duda mucho que pueda cubrir con una clientela que tiene muchos problemas aún para salir a la calle y miedo al contagio.

«No se están articulando bien las medidas para el sector de la hostelería. Este es un negocio familiar, no tenemos empleados y no tenemos que pagar alquiler porque el local es nuestro. Podemos ir manteniéndonos. Pero sabemos que hay otros compañeros que lo están pasando mal y lo van a pasar mal. Nos solidarizamos por completo con ellos», afirma.

ÁNGEL SÁEZ Dueño del Pub Flidais (Badajoz)

«En estas condiciones, si abro ahora, pierdo dinero»

«Con estas condiciones, si abro, pierdo dinero». Ángel Sáez, propietario del pub Flidais, en la Urbanización Guadiana de Badajoz, no abrirá hoy las puertas de su negocio, pese a las enormes ganas que tiene. Su licencia le permite tener doce veladores en su terraza, que tendría que reducir a 6 en esta primera fase de la desescalada. No le salen las cuentas. Para que fuera rentable, sus mesas tendrían que estar ocupadas al completo durante toda la jornada. «Diría que el 99% de los hosteleros de Badajoz nos vamos a esperar a finales de mayo, cuando al menos se nos permita el 50% del aforo dentro del local». En su caso, podría ocupar la terraza del establecimiento contiguo, que está cerrado, y colocar todas sus mesas guardando la distancia de seguridad. «Si fuera así yo abriría y otros muchos hosteleros también», asegura. Defiende que todos deben ir a una y que en una zona de copas y restauración como la suya es fundamental que la reapertura se haga a la vez para atraer público.

El coronavirus ha hecho que por primera vez en 21 años el Flidais cierre, pero su propietario, aunque reconoce que el sector está «muy desinformado y confuso aún», confía en que contará con su «fiel» clientela cuando regrese. «Tenemos una cultura de calle y de bar, no me he planteado que la gente no vaya a venir por miedo», dice. Como otros muchos hosteleros, ha tenido que recurrir a un préstamo del ICO para salvar su negocio. Ahora pide más facilidades para que el sector supere este «grave» bache.

EMILIO VALENCIA Bar Español (Plasencia)

«Estoy asustado, pero hay que empezar a moverse»

Con la experiencia que dan cien años de negocio familiar en la plaza Mayor de Plasencia, Emilio Valencia, propietario del bar Español, se confiesa «un poco asustado, como todos» por lo que sucederá a partir de hoy, en que abrirá de nuevo la terraza de su establecimiento tras haber rescatado de un ERTE a 6 trabajadores de una plantilla total de 26.

«Ojalá pudiera rescatarlos a todos», señala, pero la incertidumbre y una terraza reducida al 50% no lo permiten, de momento. A priori, solo podrá instalar 15 mesas de las 30 que tenía, aunque confía en que el ayuntamiento placentino permita a los hosteleros aumentar el espacio y así su número. Es lo que han solicitado.

Su opinión es que, aún así, «vamos a ir a pérdidas, pero entiendo que tenemos que empezar a movernos, hacer cosas, animar a la gente». Por eso, además de la terraza, el bar Español se ha «reinventado» ofreciendo comida para llevar y recoger.

Sobre las medidas de protección, explica que, además de la distancia de seguridad que guardarán las mesas y sillas, trabajarán con mascarillas y guantes y pan y cubiertos «irán en bolsas precintadas». Los platos «los lavaremos en el lavavajillas a 80 grados y pondremos un poco de lejía para que estén bien desinfectados». Para la terraza, ha elegido el agua con ozono, que también ofrecerá a los clientes.

«Confío en que volverá la normalidad, pero en el tránsito hay mucha incertidumbre y estamos tirando de financiación».

FERNANDO GARRIDO La Carbonería (Mérida)

«Somos optimistas porque queremos ver ya la luz»

En el restaurante La Carbonería, ubicado en la plaza de la Constitución de Mérida, ya están ultimando los preparativos para abrir la terraza al público el próximo jueves. «Tenemos previsto una limpieza y desinfección total del local para dejarlo todo preparado. También vamos a revisar la mercancía por si tenemos que pedir a los proveedores para que esté todo listo de cara a la reapertura», sostiene Fernando Garrido, uno de los dueños del establecimiento.

El empresario hostelero destaca que van a solicitar al ayuntamiento la ampliación del espacio de la terraza, en el marco de una medida que ha puesto en marcha el consistorio para facilitar la instalación de las mesas y cumplir con más garantías la distancia de seguridad recomendada. «Hemos calculado que la terraza puede suponer en torno al 25 o 30% de las ventas totales en unas condiciones normales», apunta Garrido. A su juicio, abrir solo la zona de terraza con el 50% del aforo no será muy rentable, pero se muestra con una actitud positiva: «Somos optimistas porque queremos ver ya la luz, aunque sea poquito a poco. Será complicado, pero hay que apostar».

Garrido confía en que los clientes respondan en esta nueva fase, pues muchos han mostrado ya interés en saber cuándo volverán a los fogones. Cabe destacar que La Carbonería va a poner en marcha un servicio que seguirá los protocolos de las autoridades sanitarias, por lo que dispondrán de materiales higiénico-sanitarios y se van a colocar carteles informativos.