«Es el mejor doctor que ha habido en todo el territorio español, un hombre que se preocupaba de sus pacientes y estaba dando siempre el callo». Son palabras de Fernando Salado, paciente desde hace casi una década de Sebastián Traba Hernández, el primer médico fallecido en la región a causa del coronavirus. Ambos habían entablado una relación casi de amistad porque, si hay algo que definía al doctor Traba, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, era la cercanía con sus pacientes, lo dicen quienes le conocían. Por eso a Fernando Salado la noticia de su fallecimiento, el pasado martes, le dejó helado. «Ya le había dicho que tenía edad de retirarse (el médico tenía 65 años) y mira lo que ha pasado por querer seguir dando el callo, decía que tenía que quedarse», afirma este paciente, que este jueves no podía contener las lágrimas en el acto homenaje que se llevó a cabo en el centro de salud donde trabajaba, en el de la barriada de Nuevo Cáceres, en la capital cacereña.

Salado quería que su mensaje de dolor le llegara a Sebastián de alguna forma, por lo que escribió unas palabras en una hoja de papel que dejó colgada en la fachada del edificio. «Hasta siempre. Tus pacientes no te olvidan», decía. Junto a ella estaba una vela encendida, un ramo de flores y otro cartel en el que podía leerse: «Gracias por todo doctor Sebastián Traba. DEP». Lo habían llevado otros de sus pacientes, que no han parado de llamar al centro de salud para transmitir sus condolencias al personal desde que se enteraron del fatal desenlace. Junto a estos recuerdos colgaba también un enorme crespón negro que habían colocado sus compañeros el miércoles en señal de duelo.

Todos querían estar con su médico. A las doce en punto del mediodía todo el personal del ambulatorio salió a la calle y, tras agradecer a Sebastián su labor como profesional y compañero, llevaron a cabo dos minutos de silencio en su recuerdo. Muchos no podían contener las lágrimas, entre ellos la enfermera que trabajaba codo con codo con Traba en la consulta, Ana Isabel Lorenzo. El silencio se interrumpió por un fuerte aplauso, que duró más de tres minutos. Y más lágrimas. La pandemia ha dejado ya más de 27.000 muertos pero cuando se les pone cara es difícil no decaer. Homenajes como este se llevaron a cabo en todos los centros sanitarios del territorio nacional en recuerdo de los 49 sanitarios que han perdido la vida por el coronavirus.

«Es un día muy difícil para toda la sanidad extremeña por la pérdida de nuestro compañero. Tenía una elevada cualificación profesional y era un gran amigo, un gran compañero», aseguraba el coordinador del centro de salud del Nuevo Cáceres y compañero del fallecido, Evelio Robles. En este ambulatorio, donde se atienden a unos 25.000 pacientes de Cáceres ciudad, Torreorgaz y Torrequemada, se contagiaron otros cuatro sanitarios más, que ya se han recuperado. Al acto asistieron también el director gerente del Servicio Extremeño de Salud (SES), Ceciliano Franco, y el gerente del área de Salud de Cáceres, Juan Carlos Escudero.

Sebastián Traba fue de los primeros en infectarse. Primero se aisló en su casa pero su estado de salud se complicó y fue necesario su ingreso en UCI. Allí estuvo 50 días luchando contra el virus y allí cumplió sus 65 años. Adoraba su profesión, por eso había pedido continuar ejerciéndola a pesar de estar en edad de jubilación. «Es una muerte que viene a hacer reflexionar a la población extremeña y cacereña para seguir manteniendo las medidas de aislamiento porque no solo sufren los pacientes, sino también los sanitarios que tenemos que atenderlos», recordó Robles. Él cree que la mejor forma de honrarle es «trabajando y dando la vida por nuestros pacientes». Ese es el legado que les dejó Sebastián: «Nunca vamos a dar un paso atrás y vamos a estar siempre en primera línea para intentar cuidarles y consolarles, a pesar de que pongamos en riesgo nuestra vida, como el claro ejemplo de nuestro compañero Sebastián».