Después de ver como su equipo, el Real Madrid, perdía con el Barcelona en el partido de vuelta de la Champions, el guitarrista Pablo Sáinz Villegas (La Rioja, 1977) habla de su vida artística, errante, sacrificada pero llena de la recompensa de la emoción de interpretar la música en un escenario, como hace en los dos conciertos que ofrece con la Orquesta de Extremadura en Badajoz y Cáceres.

No ha olvidado el día en que con seis años actuó ante el público. "Ese día determinó mi futuro". Sus padres se habían preocupado de que él y su hermana tuvieran una formación musical. "En mí se definió un camino", el de la guitarra, que en más de dos décadas lo ha situado en un lugar de privilegio entre los intérpretes de este instrumento. Ha ganado 32 premios internacionales entre los 18 y los 27 años y ha actuado en 27 países. "Los concursos --explica-- le ayudan a uno a dar lo máximo de sí en poco tiempo y le preparan para su carrera. Pero ya desde los 18 años los compaginaba con los conciertos".

Ese respaldo de jurados variopintos confirmó una elección difícil para un instrumento asociado a lo español y con un repertorio que no se puede comparar con el del piano o el violín. "Sí que es una decisión para toda tu vida porque tienes que darlo todo y mantener toda tu determinación una vez que la tomas. Esta es una carrera preciosa; te da oportunidad de conocer a gentes y culturas diferentes; aunque tiene su lado sacrificado, que significa pasar, por ejemplo, del aplauso de más de mil personas en un gran auditorio a la soledad de la cena en tu habitación de hotel. Pero ese sacrificio tiene su recompensa cuando uno se deja fluir por la música".

Sáinz Villegas se formó en España y amplió estudios en Alemania y en Nueva York, "una ciudad intensa, donde uno halla cosas genuinas, llena de gentes ávidas de compartir y aprender". En esta urbe ha vivido once años y recientemente la alterna con estancias en Madrid. Ha ofrecido conciertos en auditorios como el Carnegie Hall neoyorkino o el Musikverein de Viena, con repertorios en los que abunda la música española. Y, de hecho, en su concierto extremeño interpreta Fantasía para un gentilhombre , de Joaquín Rodrigo: una obra inspirada en el flamenco y en melodías del renacentista Gaspar Sanz. Pero Sáinz Villegas no se circunscribe a lo español. "La música es música y cualquiera puede emocionarme".