"Ni son todos los que están ni están todos lo que son", ha advertido hoy Alfredo Bryce Echenique en relación al boom latinoamericano del que fueron relegados una serie de escritores por ser "demasiado lúcidos y originales".

"Autores como Manuel Puig, José Balza u Oswaldo Soriano quedaron en los márgenes por su temática, aunque luego hayan tenido mucha influencia", dijo el escritor peruano durante la inauguración del curso Escritores en los márgenes del Boom que imparte dentro del programa estival de la Universidad Complutense en El Escorial.

Para Bryce Echenique los escritores de referencia del boom utilizaron sus respectivos países "como cotos privados de caza", en el sentido de que su literatura se ocupó de los "grandes temas nacionales" de forma "totalizadora".

Una literatura, la de los escritores del boom, que careció "de humor, de ternura y de vida sentimental en los personajes", en opinión de Bryce, a diferencia de la de los autores ubicados en los márgenes, quienes sí se atrevieron "a bajar a las tabernas" para hablar de cine, de las clases medias y de la subcultura.

El "escritor puente", por ser el más rupturista, entre estos escritores del Boom y los ubicados en los márgenes, señaló Bryce, fue el argentino Julio Cortazar (1914-1984).

"Por su enorme desenvoltura para el tratamiento del idioma, porque ya no se trataba de la corrección de la frase académica sino de ser juguetones con el idioma, de inventar palabras; por su ironía y su humor", argumentó.

Un ejemplo "atrevido" de ese tipo de literatura "lúcida", la encuentra Bryce Echenique en la novela El beso de la mujer araña del escritor argentino Manuel Puig (1932-1990), una historia que relata la transformación de la relación que mantienen dos presos políticos, un guerrillero urbano y un homosexual, mientras comparten la misma celda.

El beso de la mujer araña destaca, en opinión de Bryce, por su "extraña presentación" estructural, al disponer de una combinación de diálogos y notas a pié de página de carácter científico.