Hacer llegar una historia de la literatura española hasta el año 2010 a través de 1.180 páginas y prescindir de las etiquetas tradicionales, de grupo, generación o movimiento no es fácil. Pero se trata de un esfuerzo necesario cuando se trata de reivindicar los años de la democracia como una segunda edad de plata de la literatura española, con autores destinados a perdurar y convertirse en los clásicos del siglo XXI, y de narrarla como un relato coherente, una larga marcha hacia la restitución de la modernidad arruinada en 1939. Este es el objetivo que se han planteado Jordi Gracia y Domingo Ródenas en Derrota y restitución de la modernidad. 1939-2010 (Crítica), el séptimo volumen de la innovadora Historia de la literatura española que dirige José-Carlos Mainer y que esta semana llega a las librerías.

NI GRUPOS NI GENERACIONES. "Desarrollamos un hilo expositivo narrativo y cronológico, en el que van apareciendo tendencias y modas, no una serie de pequeñas monografías sobre los autores", explica Domingo Ródenas. Definiciones de grupo como la generación de los 50 o los novísimos dejan de ser la muleta explicativa de la evolución de la literatura española. "Hemos decidido ir en contra de todos los estereotipos, clichés y etiquetas canónicas que resultan enormemente simplificadoras y --añade Ródenas-- excluyen a autores que quedan marginados en las historias convencionales", como Miguel Labordeta, Carlos Edmundo de Ory, Miguel Espinosa, Juan Eduardo Cirlot, Rafael Azcona o el Joan Perucho fantástico y contemporáneo del realismo crítico.

POSGUERRA Y EXILIO. El punto de partida es una fecha en la que el desarrollo cultural español se bifurcó: el exilio, donde, explica Ródenas, estaban los grandes, "en un entorno abierto pero sin público lector y marcados por la pérdida", y la estéril España de la posguerra en la que incluso los herederos de las vanguardias adoptan "formas reaccionarias o retardatarias". Sin embargo, añade Gracia, los autores han tomado la opción de "explicar de forma integrada la literatura del interior y la del exterior" ya que desde 1946 existe una comunicación intensa y hasta ahora poco conocida, y aún más desde 1956 con un vehículo como la revista Papeles de Son Armadans.

RESTITUIR LA MODERNIDAD. Los nombres y obras ya son conocidos. El esfuerzo es dar sentido a la narración. "Toda la historia que explicamos es el esfuerzo colectivo para recuperar y restituir lo que se había perdido y restaurar el hilo roto en el 39", sintetiza Domingo Ródenas. Un proceso hacia una literatura normalizada en el que los autores conceden un papel clave a Juan Benet, representante de "una literatura que es fundamentalmente estilo en el lenguaje y no un instrumento de combate social y politico", que afirma la autonomía del hecho literario, una de las grandes apuestas de la modernidad.

LITERATURA NORMALIZADA. El proceso se completa en los años 80, abriendo una era caracterizada, según Ródenas, por la "pluralidad, el eclecticismo estético, la riqueza de tendencias, nombres y nivel medio". Es la demostración, considera Gracia, de la consumación de la modernización cultural del país: "La modernidad lo encaja todo, la literatura del compromiso, histórica, fantástica... no hay influencias únicas para explicar a los grandes autores, todo está mezclado, el nivel de libertad del escritor es muy alto. Ya no hay ninguna especificidad que haga anómala la literatura española". Abandona lo "pintoresco y localista" y se abre a influencias "felizmente tóxicas". Entre ellas, las de la comercialidad. "Tratamos respetuosamente la literatura de consumo, de Terenci Moix a Pérez Reverte, porque es un fenómeno natural en una sociedad literaria desarrollada", apunta Jordi Gracia. La segunda y vigente ola de recuperación de la memoria histórica no acaba de encajar con la narración definida por Gracia y Ródenas. Solo aparentemente, precisa el primero: "La primera, en los 70, fue la de la militancia, la segunda, la de la comprensión, deshipotecada, del pasado, la de la divulgación masiva del ciclo mítico (república, guerra y exilio), en la que el disparadero fue Soldados de Salamina . ", del extremeño residente en Cataluña Javier Cercas.

CLASICOS PARA EL SIGLO XXI. El espacio dedicado a la literatura española a partir de los años 70 (400 páginas) supone implícitamente un juicio de valor. "Es una literatura de altura internacional, con algunos autores entre los más relevantes y renovadores de toda la literatura europea", plantea Ródenas. Los últimos 30 o 40 años, argumenta Gracia, son "no inferiores" a la edad de plata del primer tercio del siglo XX. "Tenemos --añade-- lo mismo pero no lo sabemos aún, es una grandeza que apreciaremos dentro de otros 30 o 40 años". Entre los escritores que perdurarán, los autores del libro se han prestado a definir la lista de 20 candidatos a consolidarse como clásicos, cuyas imágenes ilustran estas páginas. Un esbozo de canon.

LOS ULTIMOS NOMBRES. Otra cosa es que haya suficiente perspectiva para apuntar qué escritores más jóvenes pervivirán. Eso sí, los autores no esconden su franco escepticismo respecto a las presuntas innovaciones que supone la "ruidosa" aparición de escritores agrupados bajo etiquetas como generación nocilla o afterpop. Citando a autores como Ricardo Menéndez Salmón, Javier Pérez Andújar o el extremeño Isaac Rosa, Domingo Ródenas considera que "hay una literatura mucho más valiosa, que junto a la dimensión más lúdica y experimental entiende que ha de haber una dimensión de indagación moral, en la línea de los grandes maestros del siglo XX".