Lars Kraume ha llevado a la gran pantalla la historia del fiscal general alemán Fritz Bauer (El caso Fritz Bauer ), quien en 1957 localizó en Argentina al exoficial nazi Adolf Eichmann y buscó la colaboración de Israel.

--¿Por qué una película de ficción y no otro documental sobre Bauer?--No creo en los biopics, son aburridos. El documental que hay se basa en que fue asesinado, y yo no lo creo. Si hubiera hallado pistas de que alguien le quitó la vida, lo habría añadido. Pero no. Mi película es un thriller político.

--Juega entre realidad y ficción.--Todo lo que aparece son hechos reales. Menos una cosa. Bauer murió en 1968 en su bañera. En la película, eso es el arranque. Cuando haces un filme así, tienes que mantener un equilibrio entre los hechos históricos y el impacto dramático. Bauer era un tipo fuerte, aunque murió frustrado.

--¿Por qué tardó tanto Alemania en perseguir a los nazis?--Los únicos que fueron jugados fueron procesados en Núremberg. Había que demostrar que un hombre mató a otro; si no podías hacerlo, no había nada que hacer. Bauer luchó contra el sistema, quería que todos los que habían estado en la maquinaria nazi fueran considerados culpables. Pero los juzgados no funcionan así. Y estaban llenos de exnazis.

--¿La mayor dificultad a la que se tuvo que enfrentar Bauer?--El hecho de que el nazismo agrupó a gran cantidad de personas. Tras la guerra no había gente nueva en las instituciones. Solo viejos, que habían estado en el régimen. Bauer quería algo difícil: que todos confesaran que habían hecho cosas terribles.

--¿Por qué es tan importante la memoria histórica?--Con algo tan oscuro, terrible e inexplicable como el Holocausto, no se puede pasar página. Eso significaría que podría volver a ocurrir. Aunque hemos visto muchos genocidios.

--¿Qué acogida ha tenido la película en Alemania?--Muy buena. Lo único que me han criticado es que deje claro que Bauer era homosexual. Pero eso contribuye a imaginar lo fuerte que era. Era homosexual, judío y socialista.