--¿Contempla el mundo a través del objetivo de su cámara o sin él?
--Para mí es mucho más importante desde el objetivo. Son planos más concretos, directos y más cercanos.
--¿La fotografía como medio de vida o modo de vivir?
--Ha sido las dos cosas porque cuando eliges una profesión como esta, es una pasión, algo que llevas dentro.
--¿Qué capta el objetivo que se escapa al ojo humano?
--El objetivo trata de llegar al alma, intentas que el personaje esté tan unido a ti, que sea más personal que mirar cara a cara.
--Describa esa sensación
--Es algo más íntimo. No puedo explicarlo con palabras.
--¿Qué significa para usted la fotografía?
--Mi pasión, algo a lo que he dedicado 25 años; ha sido conocer personajes maravillosos. Es parte de mi historia y de mi vida.
--¿A qué personajes se refiere?
--Escritores como Camilo José Cela, Antonio Gala; políticos como Tierno Galván y otros alcaldes de Madrid, Felipe González, Adolfo Suárez, José María Aznar; al príncipe Felipe. Me he dedicado menos a personajes públicos.
--Un cálculo de retratados
--Puedo tener 4.000 fotografías de personajes, de mis viaje o de la guerra afgana. Viajando he recorrido medio mundo.
--Una mujer fotografiando los horrores de la guerra
--Estuve haciendo la guerrilla afgana para El Dominical de El País; fue un trabajo muy complicado y difícil por ser mujer en un mundo de hombres y más como fotógrafa; había muy pocas mujeres que se arriesgaran a hacerlo. Fue uno de mis mejores trabajos; me salieron unos retratos maravillosos de afganos, niños en el campo de refugiados que te rodeaban y tocaban porque no conocían a ninguna europea. Se juntaron la curiosidad de sus ojos y la de los míos. Todo eso es lo que te llevas en el alma, como una maleta llena de recuerdos que siempre tienes abierta.
--¿Qué hace una chica como usted en un lugar como éste?
--La gente se queda sorprendida de mi trayectoria anterior y que esté en Don Benito y tenga un negocio como Catas, una vinacoteca. Pero me siento muy feliz aquí; creo que es el merecido descanso del guerrero.