El director de Los lunes al sol , Fernando León de Aranoa estrena el próximo viernes Princesas , un filme sobre la prostitución y el contexto que lo envuelve. El director madrileño aborda por primera vez el universo femenino con el reto de equilibrar la balanza entre la dureza y la dulzura a la hora de expresar emociones. "La parte más desgarradora de la prostitución es desconocida", destaca.

La razón de ser de esta película es la fragilidad de los personajes. "Me acerqué con prejuicios al mundo de la prostitución, aunque ellas hablaban de sus cosas de forma muy sencilla". En esta cinta, que se estrena el próximo viernes, Candela Peña da vida a Caye, una prostituta que se reúne en una peluquería con otras compañeras de profesión, mientras a través de la ventana ven como las inmigrantes les roban clientes.

SOLEDAD Y LUCHA Un día, Caye conocerá a Zulema (Micaela Nevárez), una dominicana que lucha por sacar a su hija adelante. Las dos no tardarán en comprender que se necesitan para sobrevivir a la soledad. Juntas se enfrentan al recelo que sienten sus compañeras hacia las inmigrantes porque abaratan las tarifas. El reparto se completa con Flora Alvarez, María Ballesteros, Enrique Villén, Antonio Durán y Llum Barrera, que regenta la peluquería donde se reúnen.

Los hombres ocupan un segundo plano, están de paso como los coches a los que se suben las prostitutas. Incluso, son un componente negativo. En este sentido los malos tratos están presentes. Manuel (Luis Callejo) se convierte en el novio de Caye, "una persona muy normal porque ella necesita normalidad".

Al prepararse el papel Peña se dio cuenta de que "detrás de estas mujeres hay una vida y una familia". En este sentido, la actriz reconoce que ahora le afectan más los comentarios despectivos. Nevárez destaca que en EEUU (donde reside) este mundo es tabú. "Existen múltiples causas por las que las mujeres se ven obligadas a acostarse con hombres por dinero. Nos creemos que es algo ajeno, pero está a la vuelta de la esquina", asegura León de Aranoa.

Junto a los temas de la prostitución y la inmigración, el filme toca el fenómeno de las camas calientes (puesto que Zulema lo sufre): casas que se alquilan por horas y siempre están ocupadas por inquilinos, normalmente extranjeros. El director recuerda que normalmente se dan en turnos de ocho horas.

"Planteo lo difícil que es compartir tu espacio", declara. Además, el no poder mantener contacto con esta familia (de su misma nacionalidad) aumenta la sensación de soledad. "Estas chicas están más aisladas porque en su país no se pueden enterar de lo qué se dedican en España", agrega el cineasta.