Los autores de Cien gaviotas vuelven a volar . Duncan Dhu regresa con material inédito tras 12 años con El duelo . Seis piezas y un primer sencillo con un título que despista, tratándose como es de un nuevo comienzo: Cuando llegue el fin . Mientras lo grababan al cantante le operaron del corazón. Y su percepción de la vida, dice, "cambió en todos los aspectos". "Hay que vivir el presente sin pensar siquiera en el medio plazo", aconseja. El grupo donostiarra lanza además un pack con grandes éxitos que incluye un DVD con el último recital grabado en Barcelona en 1999 en Luz de Gas. El regreso incluye una gira, primero por Latinoamérica y por España. El punto de partida: 8 de noviembre, en el Palau de la Música.

--Pregunta simple y concreta: ¿por qué vuelve Duncan Dhu?

--Mikel Erentxun: Pues no hay una respuesta sencilla. Han pasado un montón de cosas para que ocurra. De un tiempo a esta parte se ha dado un acercamiento musical que ha sido fundamental. Volvimos a compartir discos, influencias. Paralelamente, escribimos ya antes juntos una canción para mi último disco en solitario, Mapas en el hielo, y compartimos escenarios un par de veces. Los caminos iban confluyendo.

--Pero el detonante fue una estrategia de mercado: reunirse solo para el mercado latino.

--M. E.: Sí. La propuesta vino vía América, para hacer una serie de conciertos y sacar un recopilatorio, una deuda contraída puesto que solo hicimos un bolo en México. Y a partir de ahí todo fue creciendo. Se sumó la compañía española, nos pidió una canción nueva y empezamos a trabajar. Una nos llevó a dos, dos a cuatro y cuatro a seis... Todo esto era impensable, pero ahora estamos totalmente metidos en el papel, disfrutando y nerviosos con la aventura.

--¿Qué diferencias hay entre este Duncan Dhu y el de sus inicios, cuando corría otro verano, el del 84?

--Mikel Erentxun.: ¿Aparte de las canas? (risas

--Diego Vasallo: Muchas. Puede parecer que el sonido de este nuevo elepé remite a nuestros inicios y así es, pero tiene otro peso. Se nota el paso de los años en nuestra forma de interpretar. Se revive la esencia de Duncan Dhu pero con mayor densidad.

--¿Riesgos y beneficios de este regreso, después de 12 largos años?

--M. E.: Riesgos no los hay, por lo menos artísticos, que son los importantes. Estamos disfrutando. Y si el riesgo es que no se vendan las entradas o el disco como se esperaba, es el mismo que tienes siempre que lanzas un nuevo álbum. No tenemos miras o expectativas deseadas, por lo que no podrá haber sensación de fracaso. Estamos disfrutando tanto con este disco nuevo que ya nos damos por satisfechos.

--Pero tal y como anda el panorama...

--D. V.: Cuando tienes ganas de hacer algo, lo mejor es olvidarse de las circunstancias, de la crisis... No puedes estar pendiente de estos factores externos. Nos hemos concentrado en crear seis canciones nuevas y en lo que serán estos conciertos.

--En el 2010, precisamente usted dijo que Duncan Dhu no volvería porque no le gustaba la nostalgia.

--D. V.: Esto no es un ejercicio de nostalgia, aunque con la salida del recopilatorio lo pueda parecer.

--M. E.: Lo que nos pone cachondos es que sale un disco nuevo que nos apetece presentar junto a Crepúsculo , del que no llegamos a hacer gira. Los conciertos serán mitad grandes éxitos y mitad piezas que nunca han estado sobre un escenario. Así que habrá nostalgia y actualidad.

--Dos de estos seis temas nuevos los canta Vasallo. ¿Reivindica así esa faceta que desarrolló desde que hace 14 años guardó su bajo en la funda y no lo volvió a sacar?

--Lo he tenido incluso que llevar a reparar risas. Es algo que surgió de forma fluida. Propuse hacer una versión en castellano de una canción menorquina que yo ya cantaba, Plora guitarra . Y otra adaptación en castellano, también de Ortega Monasterio, Si fóssim gavines .

--Lo suyo con las gaviotas...

--D. V.: Risas Sí, ya ves: enfermizo.

--El tercer integrante de Duncan Dhu, Juan Ramón Viles Mitxelena, es concejal del PNV en el ayuntamiento. ¿Cómo ven la política vasca? ¿Y la catalana?

--M. E.: El País Vasco vive una situación de tranquilidad desconocida, pero la crisis azota, así que la independencia y la bandera pasan a lugares más lejanos. La situación catalana la desconozco.

--D. V.: En Euskadi se hace política sin el terrible condicionante de la violencia. Ojalá siga así.