El cineasta francés de origen español Miguel Courtois ha reconstruido para la pantalla los años en que Mikel Lejarza estuvo infiltrado en ETA, en El lobo , un filme que reconstruye la lucha terrorista en los últimos años del franquismo, en clave de thriller de acción. Eduardo Noriega encarna a Lejarza en esta película que se estrena el próximo viernes en 175 salas de toda España.

"No es una película militante, ni de un lado ni de otro. Es la historia de una parte de la historia de España. No es un filme político, pero sí objetivo y equilibrado", señaló Courtois, quien ha cambiado los nombres de los protagonistas, a pesar de haber pasado treinta años desde los hechos que se cuentan, porque algunos personajes son el compendio de varias personas reales.

El lobo narra la historia de un joven vasco sin una ideología marcada, aunque ayuda en cierto modo a los militantes de ETA, pero también advierte a una víctima de que va a ser asesinado. En esta tesitura lo encuentran los servicios secretos que le proponen sacarle del apuro siempre que él se infiltre en la organización. Así lo hace entre 1973 y 1975, y su tarea da como fruto la detención de la cúpula etarra.

Para el cineasta Miguel Courtois, el mensaje que lanza El lobo es un mensaje que no ha perdido vigencia. "Lo que contamos es un problema muy moderno, el hecho de que si no hay enemigos, no se necesita ni Estado, ni policía ni servicios secretos. Esa historia de hace treinta años sigue hoy de actualidad", señala el director. Eduardo Noriega se ha acercado al personaje basándose en el guión, sin tener contacto alguno con Mikel Lejarza, y documentándose en la hemeroteca y con los libros escritos sobre Lobo. Al actor le interesó "una historia con acción y ritmo trepidante, sobre un hombre atrapado".