La Electra de Sara Casasnovas fue anoche el sexto estreno del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Un siglo y unos años más tarde, Francisco Nieva vuelve a las andadas y consigue con la nueva versión un triunfo, que acogió anoche a un público entregado que aplaudió la escena.

En sus dos horas y diez minutos de representación, esta versión ceñida por Nieva, mantiene minuto a minuto el interés de una intriga bien urdida, que expresa con fuerza el choque entre quienes obran con franqueza y quienes disfrazan sus motivos profundos ante un conflicto de intereses.

Madico, su director, imprime un aire actual a la puesta en escena, recargada de alegorías, como cruces y murgas procesionales que subrayan el esquematismo de la obra. El espectáculo ofrece una gran apuesta por el tenebrismo , tanto en la escenografía, como en los trajes. Esa línea siniestra se muestra al comienzo y durante la función, que introduce unas coreografías corales con zapateados , una especie de coreografia procesional, que remite a pretéritas audacias con ejercicios de expresión corporal incorporados a los montajes. La escenografía de Barajas, la completa las proyecciones de Alvaro Luna, logrando momentos de gran belleza expresiva, pero también asociados con otros de alegorías.

La puesta en escena se impone por paneles en perspectiva, simulando dos muros y un techo, sobre los cuales se proyectaban las imágenes que creaban los distintos decorados y ambientes y que, incluso, en los momentos de mayor tensión dramática, reflejaban primeros planos de los protagonistas. Este recurso, que aportaba un aire "tecnológicamente modernista", contrastaba con el tono "conservador" del montaje. El sobrio decorado envolvió anoche el teatro emeritense, pero a la vez bien iluminado por Gómez Cornejo, que con las imágenes proyectadas en paredes y techo conseguían remitir a estos actores a los lugares en los que transcurre la acción. Solo unas tenues proyecciones insinuaban los ambientes, que consiguen momentos de gran belleza plástica, como las últimas escenas en el convento, excelentemente iluminadas. Electra consiguió un aplauso final que sonó como el del primer estreno hace más de cien años. Estará en cartel hasta el domingo.