Ramalazo de humor andaluz para reabrir la programación del Gran Teatro. Dos hombres solos, sin punto com... ni ná vuelve de nuevo a los escenarios extremeños. Dos funciones en Badajoz en septiembre de 2010 y enero de este año avalan, al menos, el efecto cómico de este duelo de humor entre Manolo Medina y Rodrigo Ponce de León. Entre mayo y septiembre pasados la han visto 40.000 personas en el teatro Alameda de Málaga (10 veces se colgó el cartel de no hay billetes), explica Manolo Medina, actor y creador de este juguete de risa, que hoy y mañana se representa en el coliseo cacereño.

No es el único escenario que ha visto la historia de dos hombres forzados a convivir en un piso. Este es el noveno año de funciones de la obra. Pero fue hace tres cuando despegó entre el público. "Empezó la crisis económica y creció como la espuma", señalaba Manolo Medina en una entrevista con este diario con motivo de una de las funciones de Badajoz. Esta semana añadió que ya tienen firmadas nuevas funciones para los próximos meses y en octubre del 2012 esperan estrenar en el teatro Arlequín de Madrid.

Medina creó un personaje inspirado en un amigo suyo y que representa, según explicaba, al macho ibérico de formas amaneradas que ha crecido entre mujeres. La otra fuente de inspiración fue su madre. "Era la típica Mari, una mujer que no paraba de reírse, de hablar, de soltar las más frescas". Y recordaba una de esas frescas, cuando le contaba a su hijo que había ido al médico y este le había dicho que tenía "descalificación" de huesos.

El origen de Dos hombres solos, sin punto com... ni ná fue una especie de broma entre amigos, que se vio en pequeños escenarios (pubs y cafés teatro). Fue creciendo y pasando a teatros de la comunidad andaluza. En escena dos personajes comparten piso y llegan a un acuerdo: uno trabaja y aporta el dinero del hogar. El otro se encarga de las labores domésticas. No son pareja, pero entre el vecindario las habladurías discurren sin pudor.

En este tiempo, la historia esencial se ha mantenido. "Quitamos cosas que no funcionaban y añadimos otras actuales", afirma Medina. Por ejemplo, alusiones a la política o al bailarín Antonio Canales. "Pero sin meternos con nadie".

"No paramos", dice el autor de la obra. Y la sensación principal que sienten ante la sucesión de trabajo es la desubicación. "Dormir cada semana o cada fin de semana en un sitio distinto".

Manolo Medina ha hecho televisión (en series como El comisario o Arrayán ); cine (La gran vida , con Salma Hayek) y ha grabado dos discos de baladas. Pero el humor, ese humor de "gracia natural" que tienen los andaluces como él, era su meta.