"Hoy todos somos Héctor Chimirri". Así resumió su viuda, Marta Belluscio, el sentimiento generalizado en la presentación del libro de Arturo San Agustín Estoy en Buenos Aires, Gordo (Ediciones B) ayer en Barcelona.

Si el entierro del periodista argentino congregó a numerosos compañeros y amigos, el miércoles fueron más de un centenar personas las que se agolparon en uno de los bares más populares de Gracia para dar su beneplácito al retrato que San Agustín (Barcelona, 1949) ha esbozado sobre la Argentina actual. El relato tiene a Chimirri como "hilo conductor": contradictorio, culto, exagerado, arbitrario, creativo, apasionado y como apunta Juan Sasturain en una de las entrevistas del volumen: "El era Argentina".

SECUESTRADO Y TORTURADO Secuestrado y torturado en su país, Chimirri llegó a España en 1978 y fue uno de los protagonistas del nacimiento del grupo Zeta. Responsable del lanzamiento de Ediciones B y de la revista CO&CO, redactor jefe del Dominical y --como le gustaba definirse por encima de todo-- "organizador de derrotas", murió en Barcelona el 3 de febrero de 2002 a los 60 años.