«Ustedes y solo ustedes son los jueces de los hechos y ustedes y solo ustedes son responsables de decidir si el acusado es culpable o no culpable». Con ese recordatorio, el juez James Burke, que preside en una sala del Tribunal Supremo estatal de Nueva York el primer juicio penal por delitos sexuales contra Harvey Weinstein, abrió ayer la sesión de instrucciones al jurado que tiene en sus manos el futuro del otrora todopoderoso productor de Hollywood, de 67 años. Una hora después, los siete hombres y cinco mujeres iniciaron sus deliberaciones.

Esas reflexiones deberán resolver un pliego de cinco cargos que también repasó para ellos Burke. Son dos de violación, en primer y tercer grado, por la supuesta agresión en el 2013 a Jessica Mann; otro de acto sexual criminal en primer grado, por el cunnilingus que supuestamente Weinstein forzó en Miriam Haley en el 2006, y dos de agresión sexual depredadora. En esos últimos se combinan los casos de Mann y Haley con las acusaciones de Annabella Sciorra por agresiones que habrían sucedido entre 1993 y 1994 y legalmente habían prescrito para ser perseguidas independientemente.

por unanimidad / Burke recordó al jurado que debe alcanzar un veredicto por unanimidad. También les pidió que «hablen de las pruebas, consulten unos con otros y razonen juntos respetuosamente». Les instó a que, a la hora de reflexionar, «saquen lecciones de su vida diaria y usen los métodos que usan cada día» para decidir «qué es verosímil y qué no, qué consistente o inconsistente, quién da imagen de franco y seguro o evasivo e inseguro».

Parece que le prestaron atención y media hora después de haber sido enviados a su sala de deliberaciones los integrantes del jurado estaban de vuelta en el tribunal tras enviar preguntas al juez. Esos interrogantes, sobre prescripción de delitos y sobre potenciales combinaciones de cargos, podrían apuntar a que al menos algunos de los jurados dan credibilidad a la versión de Sciorra. También, a que cuestionan a Mann.

La mañana ya había estado salpicada de drama. Al abrir la sesión la fiscalía protestó por la publicación durante el fin de semana de un artículo de opinión en Newsweek de la principal abogada de Weinstein, Donna Rotunno, y la fiscala Joan Illuzzi-Orbon aseguró que el texto «rozó la manipulación del jurado». El juez, que ya había dado advertencias a Rotunno al inicio del juicio, consideró «problemático» que la abogada interpelara directamente al jurado.

INTENTO DE DESCALIFICACIÓN / La defensa también intentó en el último momento descalificar a la jurado número 11, una mujer blanca, que los abogados de Weinstein ya intentaron que no formara parte del decisivo panel al estar escribiendo una novela sobre hombres mayores depredadores. El argumento para sacarla es que había leído y hecho comentarios en internet sobre dos libros que tratan de depredadores sexuales; la novela My dark Vanessa, que cuenta la relación de una adolescente con su profesor de inglés, y el libro El consentimiento, en que Vanessa Springora relata su relación cuando tenía 14 años con Gabriel Matzneff, de 50. El juez la mantuvo en su puesto. El relevo habría sido un hombre blanco mayor.