Antonio Viudas Camarasa, responsable de la asociación cultural Aplex, que ha organizado el pasado fin de semana el congreso Patrimonio Lingüístico Extremeño , afirma con rotundidad que Extremadura es una región plurilingüe.

Viudas Camarasa aboga por luchar contra la destrucción de las variedades lingüísticas regionales, puesto que su desaparición significará el fin de una cultura. En su opinión, una lengua sin vigencia escrita se desvanece y, con ella, todo un cúmulo de implicaciones sociales y culturales. "Es una sensación de que perdemos lo que tenemos por falta de aprecio de algunos sectores --afirma--. Un día pensaba ¿qué piensa la gente cuando se muere una lengua? Hay muchas actitudes. La del ignorante que dice: un muerto más; la del intelectual posmoderno, que dice: bueno, han muerto tantas lenguas; y la del intelectual con un bagaje cultural, desde el punto de vista lingüístico, que sabe que el día que muere el último hablante de una lengua termina toda una tradición de patrimonio cultural porque la lengua guarda la cultura".

Desde la postura del intelectual con bagaje pelea Viudas Camarasa, que lleva toda su vida profesional defendiendo las variedades lingüísticas extremeñas. Según sus estudios, en Extremadura se habla el portugués (en las zonas limítrofes a Portugal), el alto extremeño (norte de la región), el bajo extremeño (sur de Cáceres y Badajoz) y el área de la A fala (la zona de Trevejo, Valverde de Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo). Al igual que subdivide las variedades lingüísticas en las expuestas, el responsable de Aplex reniega de la etiqueta castúo y recuerda que la utilizó por primera vez Luis Chamizo en el Miajón de los castúos y que la uso como lengua, la de Guareña, pero designa lo castizo.

Sin embargo, estas variedades carecen de normativas lingüísticas lo que las hace más proclives a la desaparición, aunque Viudas se opone a plasmar por escrito las normas: "Lo que nos interesa es el patrimonio y la libertad para que cada uno lo recoja. Hay que dejar libertad para que las variedades lingüísticas se desarrollen por sí mismas".

La Unesco, señala, se muestra preocupada por la recuperación del patrimonio oral, lo que significa que está en peligro y con él las variedades lingüísticas extremeñas. "Si los normativistas hubieran triunfado en España, no se oiría el acento cacereño".