Por contrato no puede aparecer el nombre de J. K. Rowling, la autora del libro, ni en la portada, ni en una faja, ni en carteles o expositores promocionales. 'El canto del cuco', que ahora llega a las librerías en castellano y catalán (publicado por Espasa y Empúries), es un libro de Robert Galbraith, y como tal se podrá encontrar a partir de hoy en las librerías. Pero hace tiempo ya que dejó de ser un secreto que esta es la novela negra que la autora de 'Harry Potter' dijo en varias ocasiones que estaba escribiendo.

'El canto del cuco' narra la investigación de la muerte de una joven modelo, que aparentemente se ha lanzado por el balcón de su casa del barrio londinense de Mayfair. El vapuleado detective y veterano de guerra Cormoran Strike investiga el caso contratado por el hermano de la víctima.

El otro misterio de este libro, el de su autoría, tardó un tanto en descubrirse. Cuando se hizo público que en septiembre del 2012 (en diciembre en España) se publicaría la primera novela para adultos de Rowling, incluso los editores interesados dieron por descontado que se trataría de aquella novela negra de la que la autora había ido hablando. Pero la sorpresa fue que 'La vacante imprevista', el libro que llegó a las librerías en esas fechas y que pasó con más pena que gloria, era una novela de contenido social, situada en un barrio de bloques de una pequeña ciudad británica.

Lo que (casi) nadie sabía es que esa novela negra sí existía, y que Rowling la había publicado en paralelo bajo pseudónimo. El resultado del experimento fue curioso: las críticas fueron positivas ("muy raramente surge un detective privado que capta la imaginación del lector en un instante. Y aquí hay uno que lo ha conseguido. Galbraith tiene un toque delicioso para evocar Londres y para crear un nuevo héroe", escríbió el 'Daily Mail'), las ventas, mínimas, y los editores extranjeros no se interesaron en comprar los derechos para publicarla.

Y fue así hasta el pasado mes de julio, cuando una filtración a la prensa británica descubrió la autoría de Rowling. El resultado fue un incremento súbito de las ventas y una subasta entre los editores para traducir la novela a otras lenguas (en castellano, la editorial de toda la vida de Rowling, tocada por el rendimiento de 'La vacante imprevista', declinó, y Espasa, del grupo Planeta, que trató infructuosamente de hacerse con la anterior novela, esta vez sí la consiguió).

La escritora intento contrarrestar las sospechas de que todo había sido un montaje promocional haciendo público que la filtración había surgido de un socio del despacho de abogados que la representa y obligando a este bufeta a reconocerlo con una nota pública y a pagar una indemnización de la que se beneficiaría una oenegé en favor de las familias de los soldados británicos caídos en combate.