Parecidos pero diferentes. Así compara Matt Damon su personaje en Elysium con el espía Jason Bourne. El actor (Boston, 1970) se lanza a una aventura espacial dirigida por Neill Blomkamp (District 9 ) que aborda la inmigración, la desigualdad social y la pobreza, pero sin intención moralista. Damon la sitúa en la cúspide de un género que para él sólo tiene sentido si presenta inevitables paralelismos con la vida real. Algo cohibido y siempre titubeante, el ganador de un Oscar (compartido con su amigo del alma Ben Affleck) por el guion de El indomable Will Hunting (1997) repasa una dilatada carrera que puede llevarle desde interminables sesiones de gimnasio (como en Elysium ) hasta a la cama de Michael Douglas en Behind the Candelabra (todavía sin estrenar en España).

--¿Puede definirse la película como Bourne en el espacio?

--¿Bourne en el espacio? Dios mío, ni siquiera lo había pensado (risas). No me importaría que el público comparara ambos filmes, pero son muy diferentes a pesar de que tienen algo en común: son historias de acción que intentan ser creíbles.

--Estamos en el año 2159. Los ricos viven en la estación espacial Elysium, donde tienen acceso a algo tan básico como la sanidad. Mientras, la Tierra está devastada y sus habitantes viven en la miseria.

--Creo que el objetivo de la buena ciencia ficción es hacer sentir que hay paralelismos con el mundo en el que vivimos. El director afirma que esta película es un reflejo de nuestra situación actual aunque estemos a 150 años de distancia.

--¿Cree que hay una solución a las desigualdades sociales de las que habla Elysium?

--Bueno, eso es algo sobre lo que el director quiere que el público debata. Hablemos de inmigración, por ejemplo. ¿Cuál es la solución? ¿Abrir las puertas? Entonces, ¿qué pasaría? Es un debate muy actual.

--Ha confiado usted en un realizador muy joven. Neill Blomkamp solo tiene 34 años.

--Acepté el proyecto, entre otros motivos, por su anterior película, District 9 . Hay cientos de decisiones en cada fotograma: el color de la ropa de los actores, de la pared, de las cortinas, cuánta luz está entrando a través de la ventana, cómo dicen los actores cada línea de guion... Cuando ves una película hay miles de decisiones que han preocupado al director durante mucho tiempo y que no ocurren por accidente, así que si la cinta es genial es porque el director lo es.

--Además de Blomkamp ¿influyó en su decisión el hecho de que Elysium aborde problemas sociales?

--Probablemente. Pero esta no es una película con mensaje, como tampoco lo fue District 9 . Neill (Blomkamp) dice que si, en lugar de extraterrestres, la hubiera hecho sobre controles de inmigración de refugiados llegando a la frontera no la hubiera visto mucha gente. Elysium no es una película moralista. Los asuntos que aborda son producto de que el director naciera en Sudáfrica y emigrase a Canadá cuando tenía 18 años y haya constatado los contrastes entre el primer y el tercer mundo a esa edad.

--Tuvo que enfrentarse a un entrenamiento físico muy duro.

--Mucho. El director tenía una idea muy clara sobre cómo debía ser el personaje y me dio unas fotos en las que el protagonista tenía la cabeza afeitada, tatuajes en el cuello y era un tipo muy musculoso, así que eso hizo más fácil que supiera cómo tenía que prepararme físicamente.

--¿Cómo fue actuar con toda esa estructura metálica que recubre su cuerpo para dar vida al personaje?

--Hicieron un gran trabajo con ese traje. El modelo original, creado por los chicos de Peter Jackson (El Hobbit ), tuvo tantas variaciones y mejoras que cuando me llegó te podías mover perfectamente con él a pesar de que pesaba más de 11 kilos.

--Justo antes de Elysium rodó Behind the Candelabra , donde da vida al amante del pianista Liberace (Michael Douglas). ¿Tuvo dudas para interpretar a un joven de 17 años?

--Nunca mencionamos la edad de mi personaje porque era demasiado viejo para interpretarlo (risas). Intentamos que yo pareciera lo más joven posible. Pero nunca me frenó eso. Alguien me preguntó hace dos semanas cuál había sido el mayor desafío de mi carrera y me parece que tirarme a Michael Douglas es de los mayores que he tenido (risas).

--¿Siente que ya ha interpretado a ese personaje por el que será siempre recordado?

--No lo he pensado nunca. Hay algo imperfecto en asegurar algo así, en calificar a un personaje como genial, como si estuvieras jugando al golf. No puedes hacerlo. Al menos, yo no puedo llegar al punto en el que pienso que estoy completamente satisfecho con lo que hago. Siempre podría hacer otra cosa. Podría empezar una carrera diferente si me encuentro de repente con algo que me guste más.

--Dijo que no a Avatar , la taquillera película con la que James Cameron revolucionó el cine en el 2009. ¿Se arrepiente?

--No dije que no por razones creativas sino por problemas de calendario. Estaba muy liado cuando lo rechacé y no me quedó otra opción. Es interesante porque cuando me presentaron Elysium me acordé mucho de cuando llamó Cameron para hablar de Avatar . Describía ese planeta como si existiera. El había estado allí y podía decirte hasta cómo eran sus plantas. Lo mismo me pasó con Blomkamp. Puede parecer solo un detalle, pero es algo necesario para hacer buena ciencia ficción.