El actor sevillano (1944) interpreta a un personaje opuesto a la imagen de seductor que lo caracteriza en ´A media luz los tres´, de Miguel Mihura, hoy en el teatro Alkázar de Plasencia

El actor Máximo Valverde vive una fama tranquila. "La gente me conoce, pero no me agobia. Me piden autógrafos o alguna fotografía". Lo dice él, que fue uno de los galanes del cine español, que llegó a rodar hasta ocho películas en un año y se convirtió en un sex symbol .

Hoy, con pocas ganas de ejercer de ese galán, hace incluso lo contrario en el teatro, un anti don Juan en A media luz los tres , que hoy se representa en el teatro Alkázar de Plasencia.

La voz que se escucha por teléfono parece la de un hombre tranquilo, que ya ha dejado atrás los excesos de su vida, aunque no los principios que la han dirigido.

"He vivido por impulsos. Me encantaba mi libertad, que es la que ha permitido hacer lo que hago".

Ha toreado, ha pisado las tablas de los teatros, los platós de televisión, se ha subido a lomos del caballo Furia , durante la temporada en que trabajó en el circo de Angel Cristo, ha sufrido en la primera edición de la televisiva La isla de los famosos ("lo pasé fatal, fueron los peores días de mi vida")...

"Han sido retos. Soy una persona inquieta que siempre se está preguntando qué pude hacer en cada momento", afirma Valverde.

Lo último que está haciendo es un Mihura ("más agradable que los otros miuras ", los toros), A media luz los tres . Y para quienes recuerdan a Valverde como conquistador, se encontrarán aquí con la horma de su zapato.

En esta historia de un triángulo: el seductor, el amigo apocado y la mujer, el actor sevillano es el hombre tímido, "que le dan miedo las mujeres. Esto sorprenderá al público que no me vea a priori en el papel".

Elección

Angel Luis Yusta, director y responsable de la compañía Producciones Quijote, le dio a elegir a Valverde entre ambos personajes masculinos. "Me hizo gracia escoger al tímido, al que no se parece a mí. Y como toda mi vida me he pasado haciendo de galán, estaba un poco harto de ello".

De hecho en su última incursión teatral, la primera comedia dirigida por Sara Montiel (Tú sí que vales, Loli : "Ella no hablaba mucho, pero lo que decía lo decía bien"), interpretaba a un caradura, un representante teatral, que se aprovechaba de la gente para sacarle dinero.

Valverde, naturalmente, reivindica la fama. "Es inevitable si has triunfado en lo que has hecho. Si un artista no la tiene le falta algo. El éxito es una consecuencia del triunfo, que es que la gente te conozca. Claro que hay que saber vivir con la fama". Y él la ha extraído de cada faceta de su vida. "No hacía todo a la vez. Si toreaba dejaba de hacer teatro o televisión. Cuando me metía en uno de esos mundos me gustaba quedarme allí durante un tiempo. Soy alguien camaleónico".