Con un largometraje francés en competición, ´Lemming´, del franco-alemán Dominik Moll -un filme que con variada fortuna incursiona en lo fantástico e irracional-, se inauguró ayer la 58 edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, considerado el más importante del mundo. La cinta de Moll parte de un acontecimiento banal, el encuentro de dos parejas, que, lentamente, deriva hacia un universo turbulento y sombrío.