Olla de atún, potaje de calamares y jibia, palominos ahogados, polvorón de rey con bollo maimón... Cena de la corte en la plaza de las Veletas de Cáceres. No hay cubiertos. Para el entretenimiento aguardan los cómicos a que sirvan los platos. Afuera, grupos de gentes consumen las últimas luces del día en el mercado o se citan en el Bodegón del Puntapié y le asaltan a uno para venderle remedios con que calmar padecimientos o pedirle limosna con que ahuyentar el hambre.

Este es el paisaje aproximado de la España de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, el del reinado de Felipe III, que se contemplará desde hoy en la parte alta de la ciudad monumental de Cáceres. Una recreación histórica, que pretende sumergir a los visitantes en la época de decadencia del país, conocer la vida cotidiana, y qué pensaban sus habitantes.

Anoche hubo una puesta en escena general, que recorrieron medios de comunicación y los responsables culturales de la región. Promovida por la Consejería de Cultura como una actividad complementaria del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, este sueño de época revivirá cada día hasta el próximo domingo 22.

El escenario, acotado entre las plazas de las Veletas, San Pablo y San Mateo invita a quienes se acerquen durante las mañanas y las tardes noches a vivir un simulacro de época.

¿Qué se encontrará el visitante de este Cáceres evocado ? A grandes trazos, el trazado real de sus calles y plazas, una decoración de banderolas y luminarias, reproducidas por artesanos, un pequeño mercado a las puertas del convento de San Pablo y una taberna, el Bodegón del Puntapié, lugar de reunión de personajes arquetípicos de entonces.

Así que no se sobresalte si una viuda le cuenta que acude al responso por su marido muerto, o un alguacil le advierte que tenga cuidado porque un pícaro tiene las manos ligeras. El pícaro mismo le pedirá limosna y ayuda para esconderse de sus perseguidores.

En los alrededores de la taberna, un soldado de los tercios de Flandes se lamentará mientras ruega "un cuartillo de vino". Su vida entregada a la guerra por la religión y la monarquía, se tambalea. Una prostituta le invitará a que después de la cena prosiga el placer con ella y una bruja querrá venderle remedios para el ardor de estómago o el dolor de garganta. Hágale caso, háblele, sígale la corriente.

Estos personajes, adiestrados por el director teatral Juan Carlos Tirado, están dispuestos a entablar conversación. Sus textos, escritos por el dramaturgo Juan Copete, recrean actitudes y asuntos de época: la pobreza, la subsistencia, el descaro, el humor de trazo grueso.

Todos los días, de 10.30 a 14.00 y de 20.30 a 0.30 se los encontrará si acude a este gran escenario al aire libre. Si se da cita a las 11.00 y a las 20.30 dará con la mayoría de ellos y sus historias en el Bodegón del Puntapié. Otras historias, las de esas cenas barrocas (de pago y para las que se necesita reservar mesa --de jueves a domingo esta semana-- en los teléfonos 927 21 33 80, 927 21 11 47 y 615 97 03 07) se desplegarán a las 22.30. Allí entrará en el mundo de la corte después de dejar atrás el de la villa.