E jueves, los Reyes presidían satisfechos la presentación de los primeros 25 volúmenes del Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, que alcanzará los 50 tomos, con 43.000 reseñas de otros tantos protagonistas de la historia de España. Ayer, el Ministerio de Cultura y el de Educación, que subvencionó la obra con más de seis millones, reclamaban rectificaciones, después de que se conociese el complaciente contenido del artículo dedicado a Franco, que contrasta con los juicios mucho más duros que merecen algunos dirigentes de la Segunda República. En la selección de autores de la obra destaca la presencia de historiadores conservadores (reflejo de la composición de la academia) frente a la ausencia de los más destacados representantes de la historiografía progresista.

Los volúmenes (un millar de ejemplares de cada tomo) no han sido distribuidos, ni su contenido está en internet, que será el vehículo usual de consulta. La polémica surgió cuando el pasado sábado el diario Público empezó a difundir algunos de los pasajes más discutibles, como aquellos en las que el historiador Luis Suárez, vinculado a la Fundación Francisco Franco, destaca su "frío valor" mientras no se pronuncia sobre los aspectos represivos de su régimen, cuyas leyes fundamentales califica de "orden constitucional". En cambio, el calificativo de "dictatorial" sí recae a cargo de Carlos Seco Serrano, sobre el Gobierno de Juan Negrín.

RETOQUES ´ONLINE´ La primera crítica desde el Gobierno llegó ayer de la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde. La titular de Cultura consideró deseable, aunque las academias son "absolutamente independientes" en su labor pese a recibir financiación estatal, que "se modifiquen algunas biografías que no se ajustan a la realidad" en la versión que se difunda a través de internet. Sinde también criticó la "escasísima" presencia de mujeres entre los personajes biografiados, cerca del 8% del total.

Por su parte, el Ministerio de Educación expresó su "voluntad" de que la academia proceda "a mejorar y en su caso a rectificar aquellas biografías cuyo contenido no responda a la necesaria objetividad de los trabajos académicos", desde el "máximo respeto a la libertad académica".

El director de la Real Academia deHistoria, Gonzalo Anes, se mostró ayer dispuesto a "enriquecer" los artículos del diccionario en su versión online, pero evitó pronunciarse sobre el contenido de estos porque la institución "no ejerce de censor" de unos contenidos en los que, al tratarse de "personajes recientes" resulta "muy difícil la objetividad absoluta". Algo que roza lo imposible cuando el autor de la biografía de José María Aznar, cuyo Gobierno decidió en 1999 financiar la obra, es Manuel Jesús González, exsecretario de Universidades con el PP.