El novelista, poeta y ensayista albanés Ismaíl Kadaré, eterno candidato al Nobel, recibió por fin ayer otro de los galardones para el que su nombre siempre se hacía oír, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Tras una reñida votación en la que los últimos en caer fueron autores como Cees Nooteboom, Antonio Tabucchi, Ian McEwan y Milan Kundera, y pese a la insistencia del director de la Real Academia Española y presidente del jurado, Víctor García de la Concha, de distinguir a un escritor hispano, el jurado reconoció "la belleza y el hondo compromiso de su creación literaria".

Kadaré nació en 1936. Empezó a publicar en 1963, durante la larga dictadura de Enver Hoxha, pero no fue hasta 1990 cuando se exilió en Francia. Entre sus obras destacan El palacio de los sueños (1981), una parábola kafkiana sobre la dictadura albanesa, Los tambores de la lluvia (1970), sobre la resistencia frente a los turcos, Tres cantos fúnebres por Kosovo (1998), un testimonio del drama de los Balcanes, y Abril quebrado (1980), en que aborda las tradicionales venganzas por honor entre las familias de sus país.