El rey Juan Carlos proclamó ayer, ante una destacada representación del mundo de las letras españolas, su "fe en la palabra" escrita y hablada en una lengua compartida por millones de personas y que definió como "libre, abierta y congregadora".

Una lengua, la de Cervantes, que "nos hermana" y que, según don Juan Carlos, "ensancha nuestro espíritu". "Sólo ella --insistió-- puede forjar espacios de convivencia y constituirse en baluarte de la libertad creadora".

Los Reyes, acompañados por los Príncipes de Asturias, ofrecieron un almuerzo a un centenar de personalidades de las letras españolas, con motivo de la entrega hoy en Alcalá de Henares del Premio Cervantes 2005 al escritor mexicano Sergio Pitol.

Pitol abrió el saludo a los Reyes y a los Príncipes previo al almuerzo, en el que don Juan Carlos resaltó del autor de El vals de Mefisto su variada obra literaria, con la que ha perseguido un objetivo "radicalmente" cervantino: "soñar la realidad". Pitol hablará en su discurso de hoy de la influencia de escritores en su obra y del Quijote.