No disimuló Robe ayer a la hora de mostrar su enfado con el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, por adelantar, a su manera, la fecha del concierto de Cáceres y desvelar, indirectamente, la gira de despedida definitiva de Extremoduro. «No quiero hablar porque estamos en horario infantil. ¿Digo lo que pienso o no?», declaró ante los periodistas ayer en Madrid. Al final sí habló de manera diáfana: «hay gente bastante ignorante, nuestros políticos son bastante ignorantes, no lo habrá hecho por maldad, sino por ignorancia. Tenemos los políticos que merecemos».

Pero el verdadero ataque, sin nombrar al alcalde cacereño, llegó a continuación: «Solo se miran su propio ombligo. Se ha querido apuntar un gol que no ha marcado él. Afortunadamente, en este caso no ha habido daños y la productora quiere seguir con el concierto», declaró.

«Es un simple malentendido. En el momento que una solicitud de espacio pasa por Junta de Gobierno se hace pública, porque las actas son públicas. Nada estaba más lejos de nuestra intención que adelantarnos con la noticia, la verdad», respondió el alcalde en su cuenta a la red social Twitter ya avanzada la tarde, cinco horas después.

Salaya, mientras tanto, estuvo ayer manteniendo diferentes conversaciones, en tono informal, incluidas risas, con diferentes usuarios de la red social sobre la compra de entradas. «Calla, calla, que llevo un rato intentando comprar la entrada y no lo consigo», aseguró a un tuitero que se quejaba de la dificultad que entrañaba conseguir adquirir una localidad. J. M. ortiz