Los programadores independientes de videojuegos, que no trabajan en grandes empresas del sector, aunque sí colaboran con ellas, apuestan por las consolas que permitan una experiencia de juego en tres dimensiones sin necesidad de gafas especiales.

A esta conclusión llegaron un grupo de desarrolladores independientes reunido por la japonesa Nintendo y el Máster en Desarrollo de Videojuegos de la Universidad Complutense de Madrid.

Enric Alvarez, del estudio MercurySteam, aseguró que "ya no hay que engañar al cerebro" porque las imágenes en tres dimensiones sin gafas eliminan una barrera existente entre el juego y la percepción.