El director estadounidense Woody Allen se calificó hoy en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) como un hombre "muy vago" que entró en el mundo del cine "para conocer mujeres" y dedicó halagos a Javier Bardem, Penélope Cruz y Plácido Domingo. Allen, que ayer estrenó en Norteamérica en el marco del TIFF su última película, "Cassandra's Dream" protagonizada por Colin Farrell, Hayley Atwell y Ewan McGregor, confirmó que ha aceptado la propuesta de Plácido Domingo para dirigir una opera en Los Ángeles el próximo verano.

"Pensó, no sé por qué, que yo podría hacerlo. Se le metió en la cabeza. No tengo ninguna experiencia en ópera. Pero Plácido Domingo es tan encantador... Me habló de hacer una ópera de una hora", explicó durante una rueda de prensa en Toronto. "En un momento empecé a evitar sus llamadas telefónicas -continuó el realizador en clave de humor-, pero tiene tanta perseverancia que al final no pude decir que no. Me convenció de que puedo hacer alguna contribución".

Domingo, que es el director general de la Ópera de Los Ángeles, quiere que Allen abra la temporada operística del 2008-2009 con "Gianni Schicchi", una opera de un acto de Giacomo Puccini y la única comedia del autor italiano. Allen también explicó su decisión de hacer películas en Europa tras haber pasado gran parte de su vida creativa anclado en Nueva York.

El director, que durante el verano rodó en Barcelona y Asturias parte de su nueva película, en la que participan Javier Bardem, Penélope Cruz y Scarlett Johansson, dijo que "siempre había querido ser un director extranjero", como Ingmar Bergman, Federico Fellini o Luis Buñuel. Allen señaló que trabajar con estos actores y hacer películas en Europa como "Match Point" (2005), "Cassandra's Dream" o el proyecto de España hacen que esa "fantasía se cumpla".

El director dijo que la oportunidad se presentó cuando hace unos años, los estudios estadounidenses -que hasta entonces le habían dado total libertad creativa en sus proyectos- le dijeron "que querían dejar de ser bancos y pidieron un papel mayor". "No podía trabajar de esa forma. En ese momento Londres me llamó y me dijo que no les preocupaba para nada quién estaría en la película o de qué trataba pero que pondrían el dinero. Así que me dije: 'Perfecto'. La industria en Europa no está basada en estudios, así que acudiendo a Europa he logrado evitar eso", añadió.

"Soy muy vago"

Ante la mirada atenta y divertida de Farrell, McGregor y Atwell, Allen explicó su forma de trabajar. "No soy un cineasta entregado. Soy muy vago. No tengo la paciencia para practicar con los actores. Lo que quiero es filmar e irme a casa con mi mujer, mis niños, mi clarinete. ¿Por qué vas a utilizar uno o dos días en una escena cuando la puedes acabar en dos horas? Y a los actores les gusta la idea de no repetir todo veinticinco veces".

Farrell explicó, por ejemplo, que en "Cassandra's Dream" las escenas no se repetían "más de dos o tres veces. De hecho, creo que en toda la película he hecho menos escenas que en un día de rodaje en 'Miami Vice'". Allen confesó: "Sólo empecé en el cine para conocer mujeres. No con las aspiraciones más elevadas sino con los motivos más básicos. No quiero trabajar hasta tarde y perderme el partido de baloncesto. No quiero agotarme durante los fines de semana. Mi vida tiene cosas más importantes que hacer un film perfecto".

A preguntas de si le gustaría rodar en Latinoamérica, Allen contestó que nunca ha estado allí pero que por lo que han contado sus amigos, países como Brasil y Argentina le resultan interesantes. "Estoy seguro de que hay un millón de historias en esos lugares" y la posibilidad de rodar allí "es algo a lo que no me opongo", añadió. "Antes de filmar en Barcelona había estado en varias ocasiones en España y siempre me venían a la mente muchas películas que podría hacer", concluyó.