La UD Mérida sigue tocando fondo. Tanto que varios aficionados, que contarán con la inestimable ayuda de alguno de los vocales de la junta directiva y empleados y colaboradores del club, han decidido poner en práctica una curiosa iniciativa en la mañana de hoy.

Debido a la suciedad del Romano, algo desgraciadamente habitual durante las dos últimas temporadas, todos ellos se pondrán el mono de trabajo y desde las once de la mañana, aprovechando el carácter festivo del día, limpiarán las desangeladas gradas del estadio emeritense.

El objetivo es que el Romano presente un aspecto más decoroso de cara al partido del domingo (17.00 horas) ante el colista Los Palacios. Y es que en el último encuentro del Mérida como local ante el Melilla las gradas no se limpiaron y lucían la suciedad acumulada desde el choque precedente ante el Vecindario.

El presente nada tiene que ver con el glorioso pasado aún reciente de su antecesor, CP Mérida SAD, que hasta hace seis años militaba en Primera. El estadio que albergó las gestas del club entonces presidido por José Fouto no es ni la sombra de lo que fue. Para comprobarlo, sólo hay que ver su exterior (fachada plagada de pintadas) y su interior (asientos y servicios destrozados).

CONVENIO Según el convenio de colaboración suscrito entre el club y el ayuntamiento el 14 de enero del 2002, la limpieza del estadio es competencia de la UD Mérida. El documento ata a la entidad, cuya caótica situación institucional no invita a preocuparse por estos detalles menores . Los rectores del club bastante tienen con pensar en pagar las dos nóminas y media que deben a la plantilla y cinco a los empleados. La pésima clasificación, penúltimo, tampoco ayuda. Está claro que cualquier comparación con el pasado es odiosa.