Tras la larga agonía pasada, sobre todo el último año, el Mérida quedó a la deriva, en una situación ruinosa, dando una imagen lamentable cara al público y encima acabó descendiendo.

En Tercera División y con 50 millones de pesetas de deuda, la mayoría a apurar a corto plazo (denuncias AFE de jugadores), era misión imposible que el club arrancara. Sólo la locura, la fe o la voluntad de un grupo de personas, emeritenses, conmigo a la cabeza y cargadas de ilusión, hizo posible el renacer de un club herido de muerte y que algún que otro maniático quiso enterrar antes de tiempo. Las reuniones, conversaciones, llamadas y demás gestiones fueron interminables, muchos hemos sacrificado un caluroso verano y tantas horas de estar con la familia.

Eran tiempos en los que la sociedad en general, la opinión pública y la afición del club pedían a gritos un cambio radical en la dirección del Mérida UD. Gracias al apoyo económico de personas cercanas a mí y al trabajo incansable de una joven junta hemos logrado confeccionar un equipo que pueda devolver a la afición la ilusión.

Basándonos en la coherencia y la paciencia hemos conseguido realizar un gran equipo para la categoría, un equipo ambicioso y súper profesional, un grupo de futbolistas de una gran calidad humana y muy identificados con la ciudad.

A día de hoy, todo el engranaje del club funciona a la perfección y el comienzo de la temporada no ha podido ser más grato. La situación deportiva es envidiable con tres victorias y un empate en cuatro partidos oficiales. El cuerpo técnico está realizando un trabajo fenomenal. Se está elaborando un proyecto de cantera precioso y cuya finalidad principal es que los chavales y sus padres vuelvan a identificarse con los colores.

Como no todo puede ser perfecto, sólo está fallando una cosa, en mi opinión, el patrimonio más valioso que puede tener un club y lo digo a grito partido ´LA AFICION´.

Pese a que se han puesto todos los medios para facilitar la inscripción de abonados, es toda una decepción que una ciudad como Mérida y con lo que ha vivido futbolísticamente hablando cuente en la actualidad con apenas 700 socios.

En estas categorías el pilar básico de financiación para cubrir presupuesto debe ser la aportación de sus socios, a los que defenderé siempre aunque sean escasos, ya que eso de que unos colaboren y otros crean que entrarán gratis al fútbol a mitad de temporada se acabó hace tiempo.

La pregunta ante este panorama es si el Mérida UD merece tener arriba un equipo luchando por ascender a Segunda División B y la respuesta escontundente en forma negativa. Creo que la afición está dándole la espalda al equipo, exceptuando la fidelidad ´de los de siempre´ y al mismo tiempo se le están acabando las excusas de otros años: que si equipos poco ambiciosos, que si precios caros y demás historias...

Unamos fuerzas y salgamos de la vulgaridad. Aún estamos a tiempo, tenemos todos los elementos a favor.

Si no es así, cumpliremos con nuestros compromisos y nos iremos por donde hemos venido, ya que no me gustan las medianías y sí los grandes retos.

La afición tiene la palabra y en estos momentos el futuro del club está en sus manos.