La mirada de Guillermo Gracia se va a veces al infinito. Para él, nadar y competir es lo más natural, como si no tuviese la más mínima importancia volver de cada campeonato cargado con un carro de medallas. Tiene 15 años, es cacereño, tiene síndrome de Down y en los últimos tiempos se ha convertido en un habitual de la información deportiva extremeña. Ahora afronta el mayor reto de su corta pero laureada carrera con el Campeonato del Mundo INAS (Federación Internacional de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual), que será en Brisbane (Australia), del 10 al 21 de este mes. Será su debut en un evento de este nivel.

Gracia compareció ayer ante los medios en El Perú Cáceres Wellness, su lugar favorito para nadar, para expresar cómo llega a la competición. «Estoy trabajando duro», contó. Está nadando cada día alrededor de 4.000 metros. «Entrena con mucho volumen y creemos que lo puede hacer muy bien», amplía su entrenador, José Ángel Calderón.

Será el más joven de la selección española, compuesta por 18 nadadores. Siete de ellos son de su clase, la S15. Las energías de Gracia a nivel individual se centrarán en cinco pruebas (100, 200, 400, 800 y 1.500 metros), mientras que también puede formar parte de los relevos que todavía están por decidir. ¿Cuántas medallas cree que puede ganar? «Cinco», respondió espontáneamente el chico, sin un ápice de prepotencia. Es su número mágico: en el último Campeonato de España, ganó cinco títulos con sus correspondientes récords nacionales en cada uno de ellos. Según Calderón, esas marcas están a la altura para luchar por el podio si se comparan con las que se produjeron en los anteriores Campeonatos del Mundo.

20 horas y las clases

Le espera el viaje más largo de su vida: 20 horas de aviones que se confía en que no alteren su carácter tranquilo y pacífico. «Lo que me preocupa es que me perderé muchas clases», lamentó. Sus compañeros de 4º de la ESO del Colegio Vedruna le apoyarán en la distancia y quizás ya tengan en mente un recibimiento especial cuando regrese, lo haga o no con oro, plata o bronce en los bolsillos. Ya ha sucedido otras veces. «Es un Mundial atípico por ser en octubre, pero confiamos en que se adapte rápido y bien, como suele hacer siempre», apuntó el entrenador. Gracia vuelve a mirar al horizonte, muy al sur.