Si hace tan solo tres temporadas a Carlos Cordero (Almendralejo, 1996) le dicen que se va a medir ante el Extremadura, defendiendo la camiseta del Sporting de Gijón, en Segunda División, el futbolista pensaría que le estarían gastando una broma macabra. Por entonces, jugaba en el Fuente de Cantos, modesto equipo de Tercera que luchaba lo indecible para no caer a las catacumbas de la Preferente. Y el Extremadura, el de su ciudad, estaba también en esa Tercera intentando buscar algo de oxígeno en Segunda B. Sólo tres años después, por caminos bien distintos, ambos han llegado hasta el fútbol profesional. Y el domingo se miden en El Molinón, un campo con aroma de Primera División.

«Esto hace unos años era impensable. Pensar que el Extremadura estaría en Segunda y que podría enfrentarme a él en Gijón. Es casi un sueño», confiesa este joven almendralejense que todavía tiene un margen alto de progresión. A Carlos Cordero le salió la oportunidad de probar en el fútbol por medio de un representante que lo llevó al filial del Sporting.

Todo un luchador

Allí partía con desventaja, pero Cordero es un chico disciplinado, tenaz y, sobre todo, trabajador. Quienes le conocen bien, como su hermano Rafa Carvajal, histórico goleador del Extremadura, saben que «es un jugador que se adapta bien a todos los puestos. Muy equilibrado y valiente». Todo eso le valió para hacerse un fijo en el filial rojiblanco e ir convocado en varias ocasiones con el primer equipo. Este año, Rubén Baraja, ya lo tiene en la primera plantilla.

Carlos Cordero reconoce que «jugar en El Molinón es algo espectacular. Hay una afición fabulosa, que presiona mucho y allí será difícil sacar puntos para los rivales». Una lesión muscular le ha privado de ganarse hueco en pretemporada, aunque el almendralejense, ya recuperado, espera estar pronto en las convocatorias. «Y si tengo que bajar al filial, lo haré. Yo soy un jugador de club», apunta.

Sobre el partido de este domingo, Carlos ya ha avisado a sus compañeros que no se fíen del Extremadura: «tienen buenos jugadores en todos los puestos y tenemos que tener cuidado. Ya sabemos lo igualada que es esta categoría y cualquier detalle te hace ganar o perder».

El joven extremeño sigue muy de cerca al Extremadura y no se pierde ningún partido. Incluso hace dos semanas se fue hasta el Carlos Tartiere de Oviedo para verles en directo aprovechando la cercanía con Gijón. El domingo, los tendrá más cerca, «aunque aquí ahora cada uno barre su interés, pero siempre le deseo lo mejor al equipo de mi ciudad».